El PNV no se ha flagelado este domingo por los resultados electorales, sino que ve la botella medio llena y destaca que se ha cumplido su principal objetivo: garantizarse el grupo propio en el Congreso. A partir de ahí, además, cree que volverá a ser decisivo, y aprovechó para reiterar que cualquier acuerdo con el PNV deberá pasar por el respeto a Euskadi y la profundización en la democracia, lo que parece remitir de manera subliminal al calendario de transferencias, la reforma territorial o la reforma de los secretos oficiales.

El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, ha comparecido en Sabin Etxea entre aplausos pero con un gesto muy medido y, por momentos, serio. Tras asegurar que realiza un “balance satisfactorio del resultado” porque se ha conseguido el grupo propio, quiso reivindicar este logro porque se ha producido en un contexto desfavorable, en medio de una “confrontación y una polarización” que “claramente ha perjudicado al PNV durante toda la campaña”. Ortuzar no aludió a la pérdida de 100.000 votos y se centró en el grupo propio y en una aritmética que permitirá nuevamente sacar jugo a los escaños jeltzales. El grupo permitirá al PNV “establecer una línea de defensa firme del autogobierno vasco”. “Aitor Esteban volverá a ser la voz vasca en Madrid, una voz alta y clara”, dijo, para agradecer su respaldo a la ciudadanía vasca. También puso en valor la participación en unas elecciones realizadas en pleno verano, y confirmó que el PNV pondrá sus votos “al servicio de la agenda vasca”. En esta ocasión, el grupo de EH Bildu, sumando el escaño por Nafarroa, será más numeroso que el jeltzale.

Ortuzar reconoció que los resultados en el Estado han dejado un escenario “complicado” pero añadió que los votos de los jeltzales “serán decisivos”. “Y los gestionaremos con la responsabilidad de siempre”, dijo, para aunar el binomio “defensa de Euskadi y principios democráticos”. Los votos del grupo de Aitor Esteban estarán “al servicio exclusivamente de los intereses de la ciudadanía vasca”, según destacó.