EUSKADI acoge desde ayer el primer laboratorio digital multitecnológico del Estado, implementado en Arrasate por Ikerlan y el Gobierno vasco. Digilab reúne en sus instalaciones la investigación de vanguardia en materias de aplicación multidisciplinar, desde la robótica a la comunicación 5G. Detrás de la iniciativa está la constatación de que la inversión en I+D+i es un activo tractor de la actividad económica y un factor de competitividad en momentos en los que no basta con producir muy bien o muy barato, sino que lo diferencial está en lo que se innova y desarrolla frente a la competencia. En tiempos de incertidumbre económica suele resultar difícil situar en la primera línea de la atención pública la estrategia de competitividad. El error de supeditar esta a la urgencia se traduce tradicionalmente en tiempo perdido. Por eso, la planificación del desarrollo de la actividad económica del país debe convivir con la respuesta ágil a las necesidades coyunturales. La tecnología avanzada aplicada a los sectores tractores de la economía vasca se traduce siempre en un reforzamiento de su capacidad de posicionarse en el mercado global y en una demanda paralela de profesionales de todos los niveles formativos. Orientar estos, como ya ocurre en muchos ámbitos, al valor añadido del conocimiento científico-técnico adaptado a cada nivel formativo profesional –desde la formación continua a la FP y, por supuesto, a los grados superiores– permitirá casar con mayor eficiencia la oferta de empleo al perfil formativo de los profesionales vascos. La investigación y la innovación generan una actividad de vanguardia tractora de la demanda de alto valor añadido que acaba propiciando la sostenibilidad de los sectores implicados y una mayor calidad en el empleo que generan, tanto desde el punto de vista de ingresos como de estabilidad y oportunidades laborales. Las soluciones digitales que Digilab puede aportar en el futuro son, en consecuencia, un factor de estabilidad para la economía que debe seguir siendo complementado con iniciativas privadas y mecanismos de colaboración público-privada como los vigentes, en favor de la capacitación laboral y de la iniciativa de las empresas. Un ecosistema productivo que se transforma en nuestro entorno exige nuestra propia transformación mediante inversiones de futuro. l