“Hay bodegas que se van a quedar por el camino; intentaremos que sean las menos posibles”
La consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, Amaia Barredo, ha presidido esta semana la primera reunión con el sector del vino sobre los aranceles
El sector vitivinícola vasco se enfrenta a una tormenta perfecta: a una mala vendimia, en la que se espera una reducción de producción del 35% este año, se unen unos aranceles que ya están provocando pérdidas de ventas. El Gobierno vasco calcula un impacto de hasta 10 millones.
Esta semana se ha reunido la mesa sectorial con la industria agroalimentaria. El vitivinícola es uno de los sectores más afectados por los aranceles de Estados Unidos. ¿Cuál es el panorama?
Los datos generales ya los facilitó el consejero de Industria, Mikel Jauregi. Se calcula un descenso de ventas de 700 millones por el acuerdo arancelario entre Estados Unidos y la Comisión Europea. Los dos sectores más afectados son la industria siderúrgica y el sector del vino. Y luego hay otros que tienen una afección relevante, que son la automoción, suministros y, en nuestro caso, algunos subsectores agroalimentarios como el de las conservas. Desde el Gobierno se han planteado mesas para acompañar a estos sectores en todo este proceso. Se pensó que la colaboración público-privada tenía que ser importante desde un primer momento para hacer un seguimiento de los impactos de estos acuerdos, pero también para valorar si las medidas que estábamos poniendo en marcha tenían un funcionamiento apropiado, había que adaptarlas, corregirlas o implantar nuevas medidas.
¿Y cómo van a afectar los aranceles al sector vitivinícola?
El sector agroalimentario ya sufre una situación similar a ésta entre 2017 y 2021, en el anterior mandato de Trump. Los aranceles entonces fueron del 25%, así que ya tenemos un cálculo de lo que eso puede representar. Ese 25% supuso una pérdida de ventas del 44% en el sector vitivinícola. Luego, el mercado se recuperó inmediatamente; el vino recuperó su espacio, nuestras empresas recuperaron volúmenes y, de alguna manera, se volvió a la normalidad. Ahora estamos hablando de que el sector agroalimentario se va a ver afectado por un 15%.
¿Ya se está implementando?
En teoría, el acuerdo se tiene que plasmar en normativa interna de los Estados, eso va a llegar a lo largo de este otoño.
“Hay pedidos en almacén en Euskadi esperando a que les fijen el precio y el arancel para que se puedan mandar”
¿Y cómo se está notando ahora?
De momento, con una inestabilidad y una inseguridad aplastantes. Los importadores no están comprando porque no saben si tienen que aplicar o no el arancel. El mayor problema que estamos sufriendo este 2025 es que, desde que Trump anunció que iba a imponer aranceles hasta hoy, casi ha pasado un año y todavía no hay claridad. Algunos los aplican, otros no. Hay pedidos en almacén en Euskadi esperando a que les fijen el precio y el arancel para que se puedan mandar, tenemos producto etiquetado en bodega desde hace cuatro meses... hay cosas muy anómalas fruto de una situación de inseguridad. Tampoco se sabe si hay que aplicar el 15% en toda la cadena o solo en aduana. ¿Es un 15% sobre un 15% o solo es un 15% en aduana? Hay una inseguridad en los importadores tremenda y dicen: por si acaso, déjamelo ahí. Hay bodegas que no venden a Estados Unidos ya desde febrero y otras han perdido mucho volumen de comercialización.
¿Ha hecho su departamento un cálculo de las pérdidas que ya se han producido?
Lo primero que planteamos en la mesa sectorial fue una encuesta para ver de qué situación de partida arrancamos de cara a volúmenes. Las pérdidas reales las conoceremos después de la encuesta, aunque indudablemente va a haber afección.
¿Cuáles son las previsiones, entonces?
En vinos estamos hablando de unos 36 millones de euros de exportación a Estados Unidos de Rioja Alavesa y algo de txakolis, pero Rioja Alavesa representa prácticamente el 95% de la exportación. Esto está sujeto a un arancel del 15% y a va tener que competir con países que no tienen tanto arancel en Estados Unidos, como Argentina, Chile o Australia, que tienen un 10%. En estos momentos, los mayores exportadores son Francia y Italia, entre los dos están en un 65% de lo que importa Estados Unidos. El vino español está en torno a un 6% y nosotros estamos ahí, dentro de ese porcentaje. Somos 35 millones de 6.800 millones de dólares, no suponemos un porcentaje muy elevado para Estados Unidos, pero a nosotros nos va a afectar sustancialmente. Hay bodegas que tienen más del 25% de sus exportaciones a Estados Unidos. En este sector, calculamos una reducción de ventas de entre 7 y 10 millones de euros, entre un 22 y un 25% de pérdida de ventas allí. Eso va a suponer para el sector una situación compleja, complicada y habrá que actuar.
“Hay muchos huevos en la cesta de EE.UU., hay bodegas que envían allí el 25% de sus exportaciones”
¿Cómo? ¿Qué plantean?
En el anterior ciclo hubo un reparto arancelario entre el importador y la empresa para afectar lo menos posible al producto. Esta es una de las medidas que hemos planteado. El vino tiene una elasticidad importante en el mercado; a nada que subes el precio, eso se traduce en pérdida de ventas. Se ha calculado que si sube un 10% el precio, la pérdida de ventas va a ser proporcional, entre un 9 y un 12%. Esto va a afectar sobre todo a los vinos de menor valor. Es decir, hasta 10-15 euros de precio de factura, cuyo precio va a subir y van a competir con vinos similares chilenos, argentinos y australianos que van a subir menos. Y en ese rango de calidades, dos euros influyen en la decisión del consumidor. Sin embargo, los vinos premium que pasan de los 15 euros se van a defender mejor. Vamos a trabajar en las medidas que creemos que tiene que adoptar cada bodega, si tiene que hacer un reajuste de precios, renegociar con sus importadores... También trabajar cómo llegar a Estados Unidos a unos precios más baratos, a través de agrupaciones, coordinación de pedidos, compartir importadores cuando los vinos no compiten, Todo este tipo de cosas que van a exigir mayor colaboración.
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Luego están las ayudas.
El Gobierno vasco ha publicado una línea de ayudas financieras en forma de avales para el sector elaborador de vino, el departamento de Empleo ha activado todas las medidas de cara a futuros ERTEs, compensaciones. Y nosotros hemos activado una batería de medias, focalizadas en diversificar mercados. No vamos a abandonar Estados Unidos, ahí creemos que hay que centrarse en los vinos premium y en zonas como California, Nueva York o Massachusetts, pero hay muchos huevos en la cesta de Estados Unidos. Parece que somos pequeños allí pero para algunas bodegas supone mucho mercado. Estamos trabajando mucho en diversificar mercados, con el objetivo puesto en Asia, sobre todo en Japón. También hemos puesto el foco en México, donde el consumo está creciendo, se considera el vino un producto de valor, de moda. También está Canadá. Hay que trabajar la identidad, el relato, vender unos vinos asociaciones a un origen, a un arraigo, a una tradición.
A esta situación se suma una vendimia que se augura mala.
Rioja Alavesa está castigada por dos años de muy mala campaña productiva, el año pasado tuvimos una sequía impresionante y este año ha sido un cúmulo de circunstancias climatológicas. Este año vamos a tener entre un 30 y un 35% de pérdidas en producción y, para una denominación que hace muy bien las cosas porque tiene muy limitada la producción, limitar todavía un 35% más la producción supone que no va a haber rentabilidad.
Barredo apoya al sector vitivinícola en Europa frente a los aranceles de Trump
La combinación de cero rentabilidad y aranceles parece explosiva.
Es un año muy complicado, se les ha juntado la pérdida de producción con un consumo mundial en descenso, más unos aranceles en un país con el algunas bodegas tienen un volumen de ventas importante. Ayer me decían que ha sido como la tormenta perfecta, casi. Es verdad que tienen una administración muy cercana y estamos intentado ayudar. Ahora se han anunciado los avales de 450 millones para que puedan pedir créditos a intereses cero y puedan aguantar económicamente algunos años. Sin duda alguna, va a afectar a alguna bodega que ya está en una situación económica difícil, porque a algunas les ha pillado con inversiones muy recientes, hemos pasado una covid hace cinco años, una época muy mala de ventas. Han sido unos años muy complicados, por eso hay cierto riesgo.
“Han sido unos años muy complicados, por eso hay cierto riesgo y es necesario actuar”
¿Puede llevar al cierre de alguna bodega?
Hay gente que se quedará por el camino, sin duda, vamos a intentar que sean los menos posibles.
Han abierto una oficina en Laguardia, ¿qué les trasladan las bodegas?
Nos han visitado cinco bodegas. Ahora están en plena campaña de vendimia y están centradas en eso. Lo que queremos desde esta oficina es darles todo este apoyo de manera directa.
¿Y el txakoli?
La campaña de txakoli de este año se espera mejor que la pasada en producción en general. Hay zonas que están más afectadas, la zona alavesa está más afectada porque ha tenido más ataque de mildiu que Gipuzkoa y Bizkaia. Este año, la producción media de Rioja Alavesa puede estar en 4.000 kilos/hectárea, como mucho, y en Bizkaia podemos estar entre 7.000 y 9.000. Cada denominación tienen topes distintos de producción. Y sobre los aranceles, se puede ver afectado, pero su volumen en Estados Unidos no deja a ninguna bodega en una situación económica compleja.