“En principio, nada va a variar, porque somos totalmente complementarias”, sino que “sumaremos sinergias porque nos posicionaremos en el liderazgo de componentes para energía solar en el mundo en el que ellos suministran la parte mecánica del actuador y nosotros la parte electrónica”, expone Aitor Alapont, CEO y confundador de P4Q Electronics, radicada en Alonsotegi, sobre la adquisición de la empresa encartada por parte de la estadounidense Kinematics, a quien ofrece una puerta de entrada al mercado europeo. Juntos prevén “brindar una solución más completa a nuestros clientes de energía solar y desarrollar nuevos productos combinados mientras continuamos dando servicio a nuestros clientes de ferrocarril, automoción, industria, etc.”
¿Se mantendrán, pues, todos los puestos de trabajo?
Sí. Somos casi 250 personas en Euskadi y otras cien por el mundo entre China, Estados Unidos, Brasil, Chile y México. Afrontamos el futuro sin ningún miedo. Al revés, nos trasladaron que necesitaban una representación comercial en España en su parte de actuadores mecánicos e incluso poder dar un soporte técnico desde aquí, porque han visto nuestras capacidades mecánicas en Euskadi y puede haber un crecimiento interesante. Nuestro compromiso es ofrecer al equipo una empresa internacional con oportunidades para su desarrollo profesional y personal. Antes con el Fondo de Capital Privado Talde, que ha sido máximo accionista desde 2018, ahora con Kinematics pero siempre preservando nuestra cultura y valores.
¿El futuro no se entiende sin energías renovables?
En nuestro caso, es el factor de crecimiento, lo que nos ha hecho dar ese salto. En 2006 empezamos con el primer controlador de seguidores solares, Suntrack, la marca líder de controladores para maximizar la producción de energía en plantas solares. Con más de 900.000 equipos desplegados en más de 2.400 plantas solares que almacenan información en la nube en tiempo real. Resultó un aprendizaje en cuanto a sistemas electrónicos de precisión en el apuntamiento y comunicaciones. Todo esto derivó en que el mercado se fue posicionando hacia la producción fotovoltaica. Así, P4Q pasó de ser un subcontratista de electrónica a un grupo tecnológico que combina electrónica con big data y análisis Cloud.
¿Qué factores lo han favorecido?
Era más fácil de producir y los costes por escala empezaron a reducirse al empezar a fabricarse muchísimos más equipos. Se ha producido un salto de reducción de costes de veinte a uno en diez años, con lo cual la energía fotovoltaica es la más económica, superando también a cualquier tipo de energía fósil. Además, en una instalación prácticamente récord en el tiempo. Construir una planta nuclear puede costar en torno a cinco o diez años. En cambio, ese gigavatio de fotovoltaica está terminado en tres o cuatro meses con unos costes muchísimo más económicos. En 2024 conmemoramos el teravatio de energía solar instalada en el mundo y en los próximos cinco años se volverá a instalar otro, lo que demuestra un increíble proceso de aceleración.
¿Qué otras líneas de producción posee P4Q?
La fabricación para terceros, sobre todo para ferrocarril, el sector eléctrico. Es un negocio industrial, de clientes fieles a lo largo de muchos años, algo que nos mantiene siempre en forma porque hay competencia, tecnologías que hay que ir implementando. De hecho, Kinematics también dispone de una división independiente de la solar. Y una start up de intraemprendizaje en la que trabajan cinco personas.
¿Con qué objetivo?
En 2022 nació Qassay, un innovador lector de tests rápidos en fase de comercialización, que ofrece un ecosistema de salud integral para la monitorización de biomarcadores. Crea sistemas de diagnóstico personalizados para poder facilitar el autodiagnóstico en casa, lo que pasa es que como la regulación en Europa es muy tendente a que todos estos diagnósticos se realicen en centros de salud y hospitalarios no está tan extendido.
¿A qué sectores se enfoca?
Aunque prácticamente podemos detectar de todo, nos estamos centrando en aquello que va a llegar antes a casa: el tema wellness porque todo lo que puedan ser medidas cardíacas o tumorales, aunque está disponible, siempre se llevará a cabo en el hospital. Ya lo hemos lanzado en clínicas de fertilidad para pruebas piloto de tema hormonal y la vitamina D.
¿Dónde se sitúa la línea con lo que debe gestionar el sistema sanitario para no cargar a los pacientes con tareas y responsabilidades que no les corresponden?
Si queremos alcanzar una salud mucho más eficiente y menos costosa habría que organizarlo así. Ahora mismo hospitales y centros de salud están saturados y todo lo que podamos hacer desde casa bienvenido sea. Además, es una forma de llevar también el conocimiento al propio afectado. Los médicos siempre prescriben el tratamiento, pero el diagnóstico se realiza de forma automática, no necesitamos que todo pase por un mismo sitio. De esta forma se ahorrarían bastantes costes.
¿Notan un antes y un después tras la inauguración de sus nuevas instalaciones en el núcleo de Arbuio?
Claro, antes estábamos diseminados en el elkartegi, también dentro del municipio de Alonsotegi. El traslado ha supuesto que los equipos también trabajen más coordinados, en Arbuio disponemos de una sala de formación, un showroom, laboratios de salud y para fotovoltaica, infinitamente más medios que antes.
¿P4Q ha tenido su sede siempre en Alonsotegi?
En efecto. Hace 25 años a varios compañeros y a mí se nos ocurrió este modelo de emprendizaje de fundar una empresa nosotros mismos, que veníamos de Sony Ericson. A través de Dema y Beaz existía el programa de Azpiegitura de búsqueda de terrenos y se nos propuso venir al elkartegi de Alonsotegi, que en ese momento tenía espacio libre. Entramos en modo de alquiler y con el tiempo Azpiegitura vendió, compramos esos espacios y ya habíamos reservado un terreno en Arbuio por si algún día salía el proyecto de construcción de una fábrica y seguimos con ello.
¿Cómo arrancó la actividad?
Con el sector industrial eléctrico de Bizkaia con una electrónica más integrada que la tradicional al que nosotros estábamos acostumbrados al producir móviles. No había proveedores para esas empresas que deseaban dar el salto a un nuevo modelo de producción con empresas de Zamudio, Mungia… Ese Silicon Valley que tenemos.
Seguro que han recibido cantos de sirena de para mudarse a otros municipios. ¿Por qué apuestan por continuar en Enkarterri?
De hecho, el año que construimos la fábrica de Arbuio se nos propuso movernos al parque tecnológico porque somos una empresa atractiva para ese perfil. Lo evaluamos, salía un poco más caro que construir la fábrica en Enkarterri, pero perdíamos ese arraigo con la comunidad, también los trabajadores debían desplazarse y mucha gente procede de la zona. Por todo ello, decidimos
¿Cómo se puede sacudir Enkarterri el complejo de inferioridad en lo que respecta a la industria?
En primer lugar, visibilizando la comarca, que está al lado de Bilbao. Participamos con el centro San Viator de Sopuerta para conseguir cantera, creo que es importante formar a la juventud en conocimiento técnico y que le gusten las actividades de dispositivos conectados a Internet con software y hardware y puede convertirse en una vocación en la comarca. Además, Enkarterri tiene que vender sus cualidades, comenzando por su fantástica naturaleza. Unir empresa y naturaleza puede construir un punto de apoyo. Siempre tendemos a hacer turismo y podríamos poner el adjetivo de biotecnología. ¿Por qué no fabricar tecnología en una zona bio?