El teletrabajo ha dejado de ser una solución de emergencia para convertirse en una nueva norma. Una de cada cuatro personas (24%) teletrabaja en el Estado español de forma total o parcial, lo que representa un aumento de dos puntos con respecto a febrero del año pasado (22%), pero lejos de las cifras de febrero de 2021, cuando el 31% afirmaba teletrabajar.

¿Qué tipo de personas usa esta práctica laboral? Según un estudio reciente elaborado por InfoJobs con motivo del Día Mundial del Teletrabajo que se celebra hoy, el perfil del teletrabajador en España se corresponde con el de una persona de entre 25 y 44 años, con estudios universitarios, ingresos superiores a los 3.000 euros mensuales y residente en ciudades de 100.000 habitantes o más y empleado en el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).

El 7,6% de los ocupados en España teletrabajan de manera habitual (más de la mitad de los días), mientras que el 7% lo hace de manera ocasional, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre recogidos por Infojobs. Esto supone que más de 3,1 millones de personas trabajan en remoto, el equivalente al 15% de la población activa.

Atrás quedaron los días en los que cerca de un tercio de la población activa trabajaba desde casa. Aunque los niveles actuales son significativamente más bajos que los del 2020, el teletrabajo ha resistido. El formato híbrido, que combina trabajo presencial con remoto, ha conquistado a empresas y trabajadores, estabilizando su presencia. De hecho, solo el 6% de los empleados trabaja completamente en remoto, mientras que un 18% alterna entre casa y oficina.

Comparación con Europa

En el contexto europeo, el Estado español sigue rezagado. Con un 7% de teletrabajadores frente al 9% de media europea, según datos del Eurostat. En este sentido, países como Finlandia (22%) e Irlanda (21%) se sitúan como referentes en esta modalidad laboral, destacando por su cultura digital más desarrollada y su apuesta por la conciliación laboral.

El portal de empleo explica además que el modelo de trabajo predominante se ha estabilizado hacia un formato híbrido, donde los empleados acuden a la oficina entre tres y cuatro días a la semana.

Los datos del INE apuntan a que el teletrabajo tiene más implantación en las ciudades de 100.000 habitantes o más y en capitales de provincia, pero el tamaño del hogar, sin embargo, no es una cuestión que marque diferencias significativas a la hora de utilizar esta modalidad laboral.

Así, en los hogares de uno o dos miembros hay un 15% de personas que trabaja en remoto, cifra casi idéntica a la de los que residen en hogares de tres miembros (13%) o de cuatro o más (14%). El género tampoco es determinante para definir el teletrabajo, ya que el porcentaje de mujeres que teletrabajan (15%) es apenas dos puntos superior al de los hombres (13%).

Por lo que se refiere a las características socioeconómicas, el porcentaje más alto de teletrabajo se registra entre los ocupados con educación universitaria (28%).

Ahorro de tiempo

Los porcentajes más altos de teletrabajo se registran en los trabajadores por cuenta propia, con jornada completa (19%), técnicos y profesionales de nivel medio (29%) y cuyos ingresos mensuales netos (del conjunto del hogar) superan los 3.000 euros (25%).

Para el 53% de las personas ocupadas el ahorro de tiempo en el desplazamiento es la principal ventaja del teletrabajo, seguida de la comodidad (51%) y la mejora de la conciliación de la vida laboral y personal, también con el 51%.