El secretario general de CCOO, Unai Sordo, admitió ayer lunes que es “bastante complicado” cerrar el acuerdo de la segunda pata de la reforma de pensiones este mes, ya que “las cosas están igual” y “no ha habido movimiento” en las negociaciones con el Ministerio de Seguridad Social y Migraciones.

“Tengo dudas de que en febrero vaya a salir adelante la reforma, básicamente porque veo el patio político muy revuelto y esta es una reforma que requiere de cierta calma para llegar a consenso”, dijo Sordo en una rueda de prensa.

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, aseguró hace unas semanas que esta reforma, que debía haberse presentado a Bruselas antes del 31 de diciembre, se cerrará a lo largo de este mes.

No obstante, los agentes sociales descartan esa posibilidad, no solo por la falta de avances, sino también porque consideran que la principal propuesta del Gobierno, ampliar progresivamente el periodo de cómputo de la pensión a 30 años, pero descartando los dos peores años cotizados, está fuera de las recomendaciones del Pacto de Toledo y, por tanto, carece del respaldo político necesario para su aprobación. El tiempo corre sin visos de acuerdo.

Los sindicatos piden que se destopen las bases máximas y los empresarios no quieren oír hablar de más aumentos de costes, pues el nuevo año ya les ha traído algunos. Sordo recordó ayer que los sindicatos han llevado también a las mesas de negociación “las mejoras de las pensiones mínimas”, que son “irrenunciables” para CCOO y para UGT.