Los ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) lograron este martes un acuerdo sobre las capturas de pesca en el Atlántico y el Mediterráneo para 2023, confirmaron fuentes diplomáticas.

El pacto se logró tras una reunión de dos días entre los titulares de Pesca de los Veintisiete que comenzó el pasado domingo y estuvo marcada por las intensas negociaciones.

A falta de conocer los detalles del acuerdo, la pesca en el Mediterráneo ha sido durante la reunión el principal problema para España.

En la mañana del lunes, la presidencia checa ya presentó un primer texto de compromiso que España rechazó, al considerar que los avances planteados sobre las capturas en el Mediterráneo eran "francamente escasos" con respecto al planteamiento inicial que presentó la Comisión Europea (CE) en octubre, según afirmaron fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En junio de 2019 se adoptó un plan plurianual para la pesca demersal en el Mediterráneo occidental que se aplica desde 2020 y que introdujo un régimen de gestión del esfuerzo pesquero para los arrastreros de cara a lograr una reducción global de hasta el 40 % en cinco años.

Esa reducción del 40 % en los días de pesca se calcula con respecto a las jornadas en que se salió a faenar durante el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de diciembre de 2017.

La Comisión Europea había propuesto una reducción del 7,5 % en los días de esfuerzo en el Mediterráneo para 2023 y la primera propuesta de compromiso presentada planteaba una disminución del 7 %, una cifra demasiado elevada para España.

El porcentaje se traduciría en tres semanas adicionales al año en las que la flota no podría salir a faenar.

Mecanismo de compensación

Junto a la reducción del esfuerzo, la Comisión, en su propuesta inicial, incluía un mecanismo de compensación que permite a los barcos salir a pescar más días si utilizan medidas de selectividad.

En 2022, la compensación había sido del 2 %, "muy insuficiente" para España, mientras que para 2023 el Ejecutivo comunitario había planteado una compensación del 3 %, que Madrid seguía considerando también "muy insuficiente porque permite únicamente recuperar entre tres y cuatro días de esfuerzo" al año, de acuerdo con las fuentes ministeriales.

Sobre el Atlántico, España aspiraba a mejorar las posibilidades de pesca de abadejos y lenguados, que Bruselas había propuesto reducir.

Igualmente, Madrid buscaba continuar con los programas científicos sobre la cigala y que no se amplíe la veda de cualquier actividad pesquera relativa a la anguila de tres a seis meses consecutivos en el Atlántico y el Mediterráneo, que supondría en la práctica el cierre de esa actividad pesquera.

Durante la noche del lunes al martes, la presidencia checa elaboró la segunda propuesta de compromiso, que España consideró que planteaba "poco avance", según fuentes diplomáticas.

Añadieron que los aspectos relacionados con las capturas en el Mediterráneo seguían siendo "problemáticos" para Madrid en ese texto.