Un plato difícil de digerir y que genera inquietud en el Gobierno vasco. Así ven en Lakua la estrategia que está siguiendo el Ejecutivo de Pedro Sánchez en el diseño del reparto de los fondos europeos. Los dos consejeros que lideran el capítulo económico pusieron en evidencia el regusto amargo que está dejando la gestión por parte del Estado de las ayudas Next Generation que llegarán de la Unión Europea.

Por un lado está la sensación de que se está relegando a la industria con la excusa de apostar por proporcionar los primeros auxilios al sector turístico, muy castigado por las restricciones de la pandemia. El otro reproche es no haber contado con la opinión de las comunidades en una cuestión que debería generar unidad en torno a un objetivo común, el rescate de la economía.

En esta línea, la consejera vasca de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, manifestó su "honda preocupación" por los pasos que están dando el Gobierno español. En una conferencia telemática organizada por Executive Forum en colaboración con Pfizer y Enviser, Tapia expuso las prioridades de Euskadi para afrontar la recuperación económica y los pasos a dar el día después. Una hoja de ruta que contrapuso a la acción política inmediata del Gobierno central.

En su opinión, en los últimos meses "está aflorando en el Estado español la teoría de que la recuperación señala en una dirección", reforzar el sector industrial, mientras que "en la práctica vemos que la respuesta es bien distinta". "Se habla de los sectores tractores de la economía, generadores de empleo, y vemos que la apuesta del Ministerio de Industria en los fondos Next pasa por priorizar el turismo frente a la industria, con un 10% para la industria y un 90% para los otros sectores", criticó.

Tapia aclaró que no quiere decir que los servicios "no sean importantes", pero a su juicio, los sectores innovadores, el tejido productivo, se están "quedando fuera" de las ayudas.

Tras admitir que el turismo y la restauración "han sufrido" mucho por los cierres, recordó que en Euskadi las aeronáuticas y sus proveedores, por poner un ejemplo de actualidad por los despidos que anuncian, han padecido pérdidas del 40% debido al bloqueo del transporte aéreo y "sin embargo, son las grandes olvidadas".

Tampoco se olvidó de una política de precios energéticos que "no atiende a la realidad de la industria", a la que se condena a competir en desventaja frente a otros países europeos, como Alemania, que implementan políticas energéticas "de competitividad".

Del mismo modo, lamentó que la pandemia del covid-19, la polémica sobre las vacunas o "el espectáculo de la política" estén "tapando" la necesidad de un debate "sobre qué modelo económico queremos dejar a nuestras futuras generaciones".

En relación a ese legado, Tapia expuso las principales prioridades que se plantea el Gobierno vasco tras superar la pandemia, que, en resumen, pasan por "compaginar el crecimiento sostenible con el desarrollo humano y atender a las necesidades de las personas". Para ello es necesario que el país cuente con "un tejido industrial relevante". Por este motivo, Euskadi aspira a superar el 40% del PIB procedente de la producción industrial y de los servicios anexos a la industria. Del mismo modo marcó el objetivo de converger con las cifras europeas en I+D+i, lo que requiere el impulso compartido de las empresas y la administración

La pandemia "ha dejado muchas lecciones", una de ellas la necesidad de garantizar el autoabastecimiento en la UE, que confió en proveedores lejanos que "están dando problemas". Es el caso, recordó, de la planta de Volkswagen de Navarra, cuya producción tendrá que parar como consecuencia de que un fabricante chino no facilita las piezas que necesitan.

Por su parte, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, se mostró muy crítico con el diseño "unilateral" que el Estado ha hecho del reparto del fondo de 11.000 millones de ayudas para empresas, de los que 7.000 millones serán ayudas directas gestionadas por los gobiernos autonómicos. En su opinión, dicho reparto se ha servido a las comunidades por el Ejecutivo de Pedro Sánchez "como un plato de lentejas", cuando, desde Euskadi, hubieran preferido un consenso previo y no esta manera "impositiva y unidireccional".

Con todo Azpiazu se mostró prudente en su análisis porque todavía "lo están analizando" ya que, hasta su aprobación desconocían su contenido. "No vamos a decir que no, evidentemente, pero no me parece la mejor manera hacerlo de una manera unilateral e impositiva", puntualizó. En este punto, el consejero consideró que los niveles de cogobernanza en España deben realizarse de una manera "mucho más normal y pensando en la eficiencia de las políticas", para añadir a continuación que "una vez más, no me ha gustado nada el comportamiento del Gobierno de España".

En la misma línea se expresó al referirse a la gestión de los fondos europeos procedentes del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia, de la que criticó que el modelo de cogobernanza fijado por el Gobierno central para la asignación de esos recursos "no es razonable ni positivo".

"Vemos con honda preocupación que la apuesta del Gobierno central es el turismo"

Consejera de Desarrollo Económico

"El reparto de los fondos nos lo han servido como un plato de lentejas y lo estamos analizando"

Consejero de Economía y Hacienda