El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria abre una nueva etapa tras el fracaso de la fusión con el Sabadell. Un ciclo en el que se adentra con una estructura saneada, pero con la obligación de buscar vías de crecimiento para no perder compás con el ritmo que marcan sus competidores. La integración de Bankia en CaixaBank, que recibirá esta semana luz verde por parte del consejo de ambas entidades, supondrá la creación del líder por activos del mercado en el Estado, un gigante en el mercado doméstico. El Banco Santander será el segundo en discordia y BBVA ocupará la tercera plaza.

Era el escenario previsto cuando se anunció la alianza entre la antiguas cajas de Catalunya y Madrid, el horizonte ante el que había reaccionado el banco vizcaino con la toma de control del Sabadell. Tras la ruptura de las negociaciones, BBVA ya ha anunciado que, lo más probable es que proceda a una recompra de acciones propias.

El veredicto del mercado

Una estrategia que cuando se pone en marcha aumenta el valor de la acción al recortar el número de títulos en circulación, pero que también supone una demostración de fuerza, de confianza, de la casa matriz en el proyecto de la compañía.

¿Hay ganadores y vencedores en este intento frustrado de fusión? Si se sigue el veredicto del mercado, las acciones de BBVA repuntaron un 5% el pasado viernes, tras romperse el diálogo, y se acercaron a su precio objetivo, cuatro euros por título. Todo lo contrario ocurrió con el Sabadell, que las últimas semanas ha vivido su particular agosto al calor de la fusión, y que arrancará esta mañana la sesión bursátil tras una caída de casi un 14%.

Ese comportamiento refleja las urgencias de ambos bancos. Los dos necesitan reforzarse en el nuevo escenario financiero, marcado como todo los sectores por el covid, pero en el que llueve sobre un terreno mojado por el contexto de bajos tipos de interés y los bajos niveles de rentabilidad.

Si a eso se suma el previsible repunte del paro debido a que las empresas que han hibernado los últimos meses gracias a los expedientes de regulación temporales de empleo van a enfocar su mercado los próximos meses en un nuevo escenario más limitado, hay motivos para pensar que habrá un repunte de la morosidad. La solvencia, sobre el papel, se resentirá y sumará lastres a la evolución ordinaria de la actividad.

¿Qué camino seguirán ambos bancos los próximos meses? Esa incógnita seguirá viva a corto plazo porque las dos entidades están obligadas a ocultar sus cartas a la espera de nuevas oportunidades de crecimiento. Tanto BBVA como Sabadell necesitan resortes de crecimiento rápidos y la operación que se había puesto en marcha era la más lógica en el mercado estatal.

El sistema financiero está lleno de incógnitas y afronta un ciclo de cambios. De momento, todo queda pendiente de las decisiones de BBVA y el Banco Sabadell.