BILBAO. El tradicional parón de la industria y la construcción en el mes de agosto y el frenazo de las actividades turísticas a consecuencia de las restricciones del coronavirus, frenaron el mes pasado se seco la recuperación del empleo en Euskadi.

Las oficinas de Lanbide inscribieron en agosto 3.090 desempleados más, lo que supone un incremento del 2,1%, un porcentaje que está muy por encima del registrado en el Estado (0,8%) debido a que la economía vasca tiene menos capacidad de crear empleo estacional vinculado al verano. A eso hay que añadir que el sector manufacturero, muy castigado por la crisis, ha limitado al mínimo las escasas contrataciones de eventuales con las que habitualmente suple algunos puestos fijos durante las vacaciones y que el ladrillo ha cesado este año más que nunca su actividad.

Como consecuencia el paro volvió a crecer el mes pasado tras un julio muy positivo y la lista del desempleo vasco avanzó hasta sumar 146.450 personas. La afiliación a la Seguridad Social continua en la espiral negativa generada por la pandemia y Euskadi perdió 4.309 cotizantes en agosto.

La industria lideró la caída en las contrataciones con un descenso respecto a julio de casi un 37%, once puntos más que la bajada en el conjunto del Estado. En cambio, en servicios, el descenso vasco (-26%) es cuatro puntos inferior al de España debido precisamente a la menor exposición al turismo del sector terciario.

La cifra de parados avanza en el Estado hasta las 3.802.814 personas sin empleo tras sumar 29.780 desempleados en agosto. La cara positiva llegó en lo relatico a la Seguridad Social, que sumó 6.822 afiliados en agosto, hasta alcanzar una media de 18.792.376, con lo que marca el cuarto incremento consecutivo del empleo tras la crisis del coronavirus y el primero en un octavo mes del año desde que comenzó la serie histórica en 2001.