Buena parte de las grandes empresas industriales vascas han empezado a paralizar su actividad productiva, básicamente por el temor al contagio del coronavirus entre sus trabajadores. Unas por propia iniciativa, otras obligadas por las circunstancias, compañías como Michelin, Mercedes Benz, CAF o Irizar ya han frenado o van a frenar su labor en los próximos días. Mantienen su actividad, sin embargo, firmas como Petronor o Aernnova.

La declaración gubernamental de estado de alarma así como instaba al cierre de los comercios, salvo los de primera necesidad caso de los de alimentación, no decía nada de las actividades fabriles pero en muchas de ellas no se pueden garantizar un mínimo de seguridad entre trabajadores para evitar contagios.

Así, el fabricante de neumáticos francés Michelin fue el primer grupo en anunciar el cierre de sus plantas de producción en Euskadi, España, Francia e Italia para acompañar las medidas de confinamiento de la población contra el coronavirus que se han puesto en marcha en esos tres países, lo que afecta a unos 20.000 trabajadores.

El cierre, según fuentes de la compañía gala, se mantendrá "al menos una semana". Como se recordará, Michelin tiene en el País Vasco plantas en la localidad quipuzcoana de Lasarte y en Gasteiz, así como instalaciones en la burgalesa Aranda de Duero, Valladolid y un centro de experimentación en Almería.

Aunque se pensaba que la parada en las industrias ligadas al sector de automoción iba a ser por problemas de falta de abastecimientos de componentes por la ruptura de las cadenas logísticas, Michelin ha descartado esa razón.

En todo caso en el sector de la automoción el cese de actividad se fue extendiendo durante el día, caso de la planta de Mercedes Vitoria. La factoría gasteiztarra inició la jornada laboral con normalidad pero los trabajadores, ante la falta de suficientes medidas de protección máxime en un territorio como el alavés, uno de los focos de la enfermedad, decidieron cesar sus trabajos.

La planta del Mercedes, la mayor fábrica de la CAV, con unos 5.000 trabajadores, fue paralizando su actividad de forma progresiva tras las protestas de los trabajadores que en la mañana de ayer se plantaron ante la línea de salida de los vehículos acabados para exigir a la dirección que priorizara la salud de los trabajadores frente a la producción y parase. Según el comité había operarios que tenían que trabajar por debajo de la distancia aconsejable de metro y medio y había zonas comunes que no se estaban desinfectando.

El cierre de la factoría alavesa va a traer en cadena en próximos días el mismo hecho en numerosas pymes vascas que trabajan como proveedores de Mercedes, una empresa con un gran efecto tractor en Euskal Herria.

La misma situación se ha producido en la otra gran empresa vasca, Volkswagen Navarra. En este caso, la dirección de la planta navarra de Landaben ha puesto en marcha un proceso de solicitud de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por causa de fuerza mayor alegando una combinación de factores. "Por una parte, la falta de personal que ha impedido poner en marcha el proceso de fabricación y, por otra, no poder garantizar la salud de los propios trabajadores", según informó Volkswagen.

La petición de un ERTE se recoge en un Acuerdo ante el paro de actividad derivado del covid-19 que ha sido firmado por los sindicatos UGT, CC.OO., ELA y CCP, que suponen el 83% de la representación social.

Las paradas de las plantas de Mercedes y Volkswagen van a condicionar a gran parte de las empresas vascas de componentes de automoción que trabajan de proveedores en estas dos semanas y que se verán arrastradas a realizar cierres temporales. También han comunicado el cese de actividad hasta nueva orden firmas tan importantes como CAF. Las plantas guipuzcoanas del fabricante de material ferroviario sitas en Beasain e Irun cerraron ayer por causas de "fuerza mayor" al no poder garantizar la seguridad de sus trabajadores ante el covid-19. La empresa permanecerá cerrada con permisos retribuidos hasta mañana y se acogerá a un ERTE a partir del día 23, tras el puente festivo de San José, según fuentes laborales.

Respecto a la incidencia económica en la plantilla, en CAF -empresa con 2.900 operarios y cuyo primer accionista es la sociedad de los trabajadores-, han aclarado que el permiso de este semana será retribuido con un porcentaje del sueldo que "se recuperará con horas de trabajo a lo largo de 2020".

Irizar, fabricante de autobuses, también ha cesado su actividad enmarcada en lo que denominan una "parada técnica de la cooperativa" desde este lunes hasta el miércoles. Como esta semana se cierra con el festivo de San José, numerosas compañías van a cerrar toda la semana para tener tiempo a plantear las medidas a adoptar a la vista de la actual coyuntura. En el caso de Irizar, fuentes del grupo de Ormaiztegi, señalaron que el paro tiene como fin "gestionar la estrategias necesarias para mantener el ritmo de trabajo minimizando el riesgo de salud".

Petronor. La compañía energética vasca Petronor ha decidido mantener la continuidad de la producción de la refinería de petróleo, una actividad estratégica, tras adoptar medidas de prevención y reorganizativas, entre ellas implantando el teletrabajo en 150 empleados, dirigidas a evitar contagios en la plantilla y asegurar el abastecimiento. Fuentes de Petronor, la principal refinería del norte peninsular, confirmaron que se mantiene "la actividad operativa de la planta".

Aernnova. La dirección de la planta de la compañía aeronáutica Aernnova en Berantevilla (Araba) mantiene la fábrica abierta pese a la petición de la plantilla de paralizar la actividad ante el riesgo de contagios entre sus 450 trabajadores.