bilbao -“Las cuotas son herramientas muy antipáticas, pero también son muy eficaces”, asegura.

¿Por qué las cree oportunas?

—Sí, temporalmente, hasta que se normalice el acceso equilibrado en los órganos de dirección de empresa.

Sánchez ha dicho que recurriría a las cuotas por ley. ¿Lo hará?

—Sí. Como han hecho otros países como Francia, Italia o más recientemente California, que obliga por ley la presencia de las mujeres en los órganos de dirección de las cotizadas. Además, la cifra de diversidad de género que ha estipulado ha de alcanzarse antes del 2021 y las multas por incumplimiento van de cien mil a trescientos mil dólares.

Los optimistas hablan de 80 años para lograr la igualdad plena y los pesimistas, de 200. ¿Es optimista?

—No. Además, para romper esa dinámica me gustaría que fuera la voz de la mujer la que se oyera más que la de los partidos. Tenemos que ser responsables al defender nuestros derechos con más energía de lo que lo hacemos.

Pero la mujer está en la agenda.

—Mucho más que hace años, pero esa agenda se va sobrecargando por muchos otros acontecimientos. Nuestra lucha ha de ser constante, insistente y estratégica