BILBAO - La compañía energética Repsol fue citada de forma colateral por funcionarios estadounidenses al hablar de las sanciones de Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro, con motivo de la visita del presidente de la Asamblea Nacional venezolana Juan Guaidó a Washington pero en la empresa no sienten que hayan modificado su postura en las relaciones comerciales con el país sudamericano y siguen cumpliendo con la normativa del embargo.

El miércoles el Gobierno de Estados Unidos señaló que vigilará las actividades de las empresas que tienen alguna relación comercial con Venezuela y citó a varias entre ellas a Chevron, Teliance, Rosneft y Repsol.

Como se recordará, el petróleo que llega a España procedente de Venezuela tiene como fin saldar deudas que aún tiene la compañía estatal PDVSA con Repsol para compensar inversiones realizadas en yacimientos como Petroquiriquire, Petrocarabobo o Cardón IV.

Pero esta operativa de Repsol se está realizando con arreglo al juego de sanciones internacionales impuesto por Estados Unidos frente a Venezuela.

La compañía que dirige Josu Jon Imaz ha adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela centrada en la recepción periódica de crudo en pago de deudas, con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones comerciales.

Como es lógico, Repsol está supervisando constantemente el proceso y en contactos con la administración estadounidense.

En cualquier caso, al margen del cobro de deudas, su presencia en el país venezolano es muy limitada. En el último trimestre del pasado 2019 Repsol volvió a reducir su exposición patrimonial hasta los 351 millones de euros. Además , la compañía ya ha provisionado más de 1.000 millones de euros.