BILBAO - Las desavenencias entre Iberdrola y Siemens AG se produjeron casi desde el segundo uno de un acuerdo que se vendió como una fusión entre Gamesa y la división eólica de Siemens para, entre otras cosas, ahorrar a la multinacional germana el tener que lanzar una OPA de control sobre el 100% del fabricante de aerogeneradores pero que en realidad, como se ha visto, ha sido la toma de control pura y dura por parte de los alemanes del fabricante vasco de aerogeneradores.

Al poco de entrar los alemanes prácticamente todo el equipo directivo vasco estaba fuera de la compañía evidenciando que de fusión poco.

El presidente de la eléctrica vasca Ignacio Galán ha jugado bien sus cartas y tras llevar a los tribunales de justicia, -en concreto al juzgado de lo Mercantil Número 1 de Bilbao-, los supuestos incumplimientos por parte alemana de los acuerdos de fusión de 2016 ha conseguido una importante prima por el 8,07% que mantenía en Gamesa con lo que Iberdrola ingresará 1.100 millones de euros.

La razón esgrimida por Iberdrola para desinvertir en Gamesa responde, sobre todo, al anuncio estratégico de la multinacional germana de integrar Siemens Gamesa en una nueva sociedad Siemens Energía que saldrá a Bolsa lo que dejaría la participación de la eléctrica vasca totalmente diluida, al igual que los pactos parasociales acordados durante la fusión entre Gamesa y la división eólica de Siemens AG y que ya, según las disputas judiciales, se estaban incumpliendo por parte germana.

Además, Iberdrola un líder en las energías renovables no tenía ningún interés en ser socio de una futura Siemens Energy cuyo core business no queda muy verde pues incluye negocios de petróleo y gas.

¿Y ahora qué? Pues en principio como casi siempre no es una buena noticia para Euskadi que sus empresas significativas, caso de Siemens Gamesa, no cuenten con capital vasco en su consejo de administración. Ahora el riesgo de que Siemens transforme Gamesa en una mera filial es más que evidente. Además la salida de Iberdrola implica la finalización del acuerdo parasocial firmado entre la compañía eléctrica vasca y la alemana Siemens AG el 17 de junio de 2016 que, entre otros puntos, garantizaba que la sede social de la compañía se mantuviese dentro del Estado español, y en concreto en el País Vasco.

Un aspecto a no olvidar es que pasará con los otros accionistas minoritarios de SGRE que ven como sus acciones, ayer a 15,7 euros, se las pagan a Iberdrola a 20 euros y qué piensa la CNMV.