BILBAO - La situación de incertidumbre que rodea al mundo del automóvil por el proceso de transición hacia los vehículos electrificados, las restricciones que se quieren imponer a las motorizaciones de tecnología diésel y las dudas sobre el futuro del negocio con el auge de la movilidad compartida está empezando a pasar factura a los fabricantes de coches y, de rebote, a sus proveedores, entre los que están importantes grupos empresariales vascos.

Ayer tras conocerse que empresas como Renault lanzaba una especie de profit warning, de que no va a cumplir con sus previsiones, y que Ford preparaba un nuevo ERTE en la fábrica valenciana de Almusafes durante cinco días, las cotizaciones bursátiles de los grupos vascos entraron en rojo.

En concreto los fabricantes de componentes de automoción vascos CIE Automotive registró una caída del valor de sus acciones del 4,53% mientras que Gestamp lo hizo en un 3,15%. Los inversores se hicieron eco del recorte de las previsiones de ingresos, así como del margen operativo anunciada por Renault para el conjunto del presente año.

Los títulos de CIE Automotive, la compañía presidida por Antón Pradera, registraron la mayor caída de cotización entre las empresas del Ibex 35 hasta cerrar a 21,52 euros por acción.

Con todo la estrategia de la compañía vasca sigue siendo una estrategia de éxito como se refleja, además de por la evolución de sus resultados, por el hecho de que las acciones de la empresa se mantienen con una revalorización superior al 3% en el presente año.

gestamp Por otra parte, el grupo de la familia Riberas, Gestamp, también sufrió un descenso en su cotización del 3,15% al término de la jornada bursátil hasta 3,87 euros por acción. Los títulos de la compañía vasca, uno de los accionistas de referencia de CIE, acumulan en lo que va de año un recorte de su valor que supera el 20%.

El desencadenante de retroceso de los grupos vascos del automóvil en Bolsa fue el anuncio de Renault de peores resultados de los inicialmente previstos. Los analistas consideran que CIE Automotive ha sido una de las compañías más perjudicadas debido a la relación comercial que guarda con la compañía francesa, ya Renault supone el 7% de sus ingresos. En el caso de Gestamp, el grupo automovilístico francés representa el 9,58% de los ingresos de la compañía vasca, un cifra importante pero lejos del 24% que representa e conglomerado de Volkswagen.

Y el grupo galo también sufrió la desconfianza de los inversores hasta tal punto que las acciones del fabricante automovilístico francés se desplomaron en la Bolsa de París más del 11%, mientras que las de su competidor directo en el sector, Peugeot-PSA, lo hacían un 1,6%.