Bilbao - La negociación en el Metal alavés sigue complicándose y patronal y sindicatos se han emplazado ya al mes de septiembre para agotar las posibilidades de acuerdo. Ayer CC.OO. alertó de que el convenio de la industria de Araba está “en riesgo de muerte” y dio a entender que tras el verano optará por la vía de la movilización. Una posibilidad que haría converger en un escenario de conflicto a los metalúrgicos de Bizkaia y Araba, pudiendo optar también por esta salida los trabajadores de Gipuzkoa.

La unificación de las movilizaciones del Metal en los tres herrialdes de la CAV es una hipótesis que ya se contempla en la hoja de ruta de algunas organizaciones sindicales. El peso específico que tiene el sector en Bizkaia, donde los sindicatos se han encontrado en las cinco huelgas de mayo y junio con una respuesta por parte de los trabajadores incluso más amplia de lo esperado, ejerce un efecto tractor.

Y es que, con sus particularidades, la situación de los tres convenios sectoriales es muy similar. Como en Bizkaia, el convenio del Metal guipuzcoano está pendiente de renovar desde 2011 y en estos momentos las negociaciones están paralizadas. En el caso de Araba, como sucede en casi todos los sectores de este territorio, la negociación ha sido tradicionalmente menos conflictiva y de hecho el último acuerdo es mucho más reciente -terminó el 31 de diciembre de 2017-.

Los convenios de Bizkaia y Gipuzkoa suman 100.000 trabajadores, 50.000 en cada caso, a los que hay que sumar otros 25.000 del Metal alavés. Son sin duda el convenio más importante de cada herrialde, por lo que su desarrollo está muy ligado a la evolución de las condiciones laborales en el territorio. Si a comienzos de año parecía que la reactivación de la negociación colectiva podía desembocar en el desbloqueo de los tres metales, la situación llegado el verano es muy diferente.

Enquistado el conflicto en Bizkaia y con nuevas amenazas de huelga para otoño sobre la mesa, la falta de sintonía entre empresarios y sindicatos en Araba termina de dibujar un panorama muy complejo para la industria vasca. Ayer CC.OO. explicó que tras la reunión del pasado martes, en la que no hubo avances, la negociación queda aplazada hasta septiembre.

“La patronal alavesa sigue sin mejorar su propuesta inicial”, denuncia este sindicato, que explica que los empresarios alaveses ofrecen 3 años de vigencia, hasta 2021, ultraactividad de 24 meses y subidas salariales del 1% para cada año “y sin recoger los atrasos”. Además, la parte sindical reclama asegurar el empleo, atajar la precariedad y medidas para mejorar la seguridad y la salud de los trabajadores, en línea con las peticiones planteadas en la mesa de Bizkaia.

Comisiones señala que, ante la falta de avances y pasado año y medio desde que terminó el último convenio, hay riesgo “de muerte” para el acuerdo sectorial alavés. “Hacemos un llamamiento a los miles de metalúrgicos alaveses a que se organicen y movilicen en defensa de un convenio digno”, indica el sindicato.

Aun no se han concretado movilizaciones, aunque todo apunta a que los industriales alaveses podrían seguir los pasos de los vizcainos. Tras cinco días de huelga, en las que han participado también las plantillas de grandes compañías con convenio propio, los sindicatos se preparan para convocar en Bizkaia nuevas movilizaciones en otoño.