bilbao - Aunque fue un buen mes para el empleo en términos globales, los datos de abril esconden importantes sombras. El hecho de que haya sido la hostelería la protagonista del tirón del empleo condiciona la estabilidad de los contratos, la mayoría sujetos a la duración de las fiestas de Semana Santa. Según los registros de la Seguridad Social, el día 30, es decir, el martes posterior a la semana de Pascua, se produjeron en el sistema más de 141.000 bajas, un desplome muy superior a lo que suele ser habitual en el cierre del mes.

En total, la Seguridad Social recuperó en abril 186.000 afiliados, gracias sobre todo al sector servicios y, en especial, a la hostelería. Es un incremento de gran magnitud teniendo en cuenta que en el último año el sistema ha ganado algo más de medio millón de cotizantes. En cualquier caso, el avance producido en abril podría haber sido mucho más amplio de no ser por la caída del empleo que se concentra en el último día del mes.

Aunque es habitual que el último día caiga el nivel de afiliación por la finalización de una parte de contratos temporales, el retroceso del día 30 de abril, con una pérdida casi similar al avance final de la afiliación al cabo del mes, es un indicativo claro de cómo la temporalidad impregna las nuevas contrataciones. Como ha ocurrido otros años, las empresas que contratan de cara a la Semana Santa se deshacen de sus empleados temporales una vez pasado el pico de actividad de las fiestas. Este año, además, el descenso se produce justo el día anterior al festivo del Primero de Mayo, lo que también condiciona la duración de los contratos.

Además de la temporalidad, en abril se mantuvo la presencia de contratos a tiempo parcial ya que uno de cada tres nuevos empleos fueron por horas. - DEIA