Bilbao - El mercado laboral tiene motor diésel. Tarda un tiempo en coger velocidad. Los primeros meses del año suelen ser fríos, debido sobre todo a la pérdida de empleo después de las navidades, para ir ganando temperatura a partir de la primavera. Lo normal es que en el primer trimestre baje el número de trabajadores, una norma que solo se ha roto en Euskadi en cuatro ocasiones desde 2003, la última este año. Según el INE se han creado 5.300 empleos entre enero y marzo concentrados en el sector servicios y con rostro de mujer, aunque la mejoría no es suficiente para reducir el paro.

Es la nota negativa del primer trimestre, que el número de parados se incrementa en un millar hasta rozar de nuevo la barrera de los 100.000 desempleados. Euskadi es, tras Andalucía, el territorio donde más se incrementa la población que busca trabajo, lo que explica que la creación de empleo no sirva para reducir la cola del paro. El repunte de este primer trimestre es inferior al avance del paro registrado en el arranque del año pasado, aunque empeora la evolución a la baja de los tres ejercicios anteriores.

A pesar de que son las mujeres las que más notan el tirón de la contratación, también el incremento del paro les afecta especialmente a ellas. Curiosamente, el INE contabilizaba a cierre del año pasado en Euskadi el mismo número de hombres parados que de mujeres sin trabajo, de manera que la balanza se decanta ahora hacia el colectivo femenino, que sufre en mayor medida la precariedad laboral y, a consecuencia de ello, también un mayor riesgo de perder el empleo.

La tasa de paro sube así una décima, hasta el 9,6%, lo que supone que la CAV vuelve a ceder a Nafarroa la condición de territorio con menos desempleo. El fuerte descenso en la Comunidad Foral sitúa la tasa en el suelo del 8%, un nivel inédito en el Estado español en la última década al que solo se ha acercado Baleares de forma puntual en la campaña turística del pasado verano.

Las islas mediterráneas registran el mayor ascenso del paro, que ha pasado del 11 al 17% en solo tres meses, por la fuerte dependencia de este territorio del sector hostelero y el turismo. También es un mal trimestre en Cantabria y Asturias, que dejan de estar entre las comunidades autónomas con menos paro. A nivel estatal, la tasa repunta tres décimas hasta el 14,7% tras sumarse entre enero y marzo casi 50.000 nuevos desempleados, lo que supone el peor dato desde el año 2013. Además, la economía española pierde 93.000 puestos de trabajo en invierno a pesar de que los sectores tractores, industria y construcción, han aguantado el tipo. El retroceso en los servicios se compensará con toda probabilidad en estos próximos meses que enlazan la Semana Santa con el verano. La ministra de Economía, Nadia Calviño, hizo una lectura “muy positiva” de la encuesta hecha pública ayer por el INE destacando la buena tendencia interanual y que el volumen actual de trabajadores, 19,5 millones, sigue siendo el más alto en once años.

Euskadi evita la caída general de la ocupación gracias al empuje de los servicios. La industria y la construcción vascas retroceden, mientras la rama terciaria no acusa la finalización de los contratos después de Navidad y sigue incorporando mano de obra, principalmente mujeres. Los sectores tractores empiezan a notar por tanto en términos de empleo el frenazo de la economía anunciado para este año, aunque se espera que a medida que avance el año el empleo industrial recupere terreno. Lo que es evidente es que los servicios siguen ganando peso en el conjunto de la economía vasca, en especial actividades en auge como la hostelería, el transporte o la rama sociosanitaria.

El hecho de que sean estos los sectores más dinámicos hace que la herida de la precariedad laboral siga sin cerrarse. En este sentido, la mitad de los puestos de trabajo generados en los tres primeros meses del año han sido a tiempo parcial, un volumen muy elevado teniendo en cuenta que esta modalidad supone en conjunto apenas una sexta parte de todo el empleo. Por otro lado, la mayor parte de los nuevos contratos siguen siendo temporales, aunque los indefinidos dan un paso adelante y, en términos globales, aumenta el número de trabajadores vascos con contrato fijo.

Por otro lado, son las mujeres las que concentran estos nuevos puestos de trabajo, mientras que se pierde empleo entre los hombres. A pesar del paso adelante del empleo femenino, la población ocupada sigue integrada en mayor medida por hombres, que son 30.000 más.

ELA denunció que el empleo ha crecido a costa del aumento de la precariedad y remarcó que la tasa de paro sigue por encima de la media europea. LAB criticó el incremento del paro juvenil mientras desde CC.OO.-Euskadi se puso el acento en “la falta de dinamismo” en el mercado laboral y en la caída del empleo en la industria vasca.