BILBAO - El universo de las startup tiene también un Orión, la constelación más luminosa. El brillo del Instituto Tecnológico de Masachusets lleva décadas deslumbrando a los emprendedores que lanzan un proyecto a partir de una idea innovadora. El MIT, en sus siglas en inglés, es un icono, la universidad ligada a la tecnología de Cambridge y cuatro empresas vizcainas han entrado por la puerta grande en su plan de aceleración de empresas.
Han participado en el programa Masschallenge gracias a los puentes tendidos con el ecosistema más innovador del mundo por la Diputación de Bizkaia, que ha financiado parte de los gastos de las empresas. Wimi5, Ocean Data Tracker, Quarizmi e Innoprot son las elegidas. Trabajan en diferentes campos y, han viajado a Boston con objetivos diversos, aunque todas ellas con la internacionalización como Norte. Tienen por delante seis meses para buscar clientes, conocer inversores, comprar tecnología y vender su producto en uno de los mercados más exigentes. DEIA ha contactado con tres de ellas -los responsables de la cuarta llevan varias semanas en Boston- y en todas se respira una atmósfera muy próxima a la euforia.
Si las expectativas se cumplen y logran captar la energía de las estrellas de Cambridge, estiman que podrían llegar a duplicar sus plantillas en Bizkaia y dar un paso de gigante para convertirse en empresa competitiva, tecnológica y global, pero seguir muy asentada en Euskadi.
En el caso de la facturación, es más complejo medir el impacto del salto al mercado estadounidense. Sin embargo, alguna de ellas se atreve a vaticinar que sus ventas se multiplicarán por cien si consigue abrir la lata y posicionarse en Norteamérica. Es el caso de Ocean Data Tracker, que desarrolla su actividad en el agua y que ve las costas de Estados Unidos como un objetivo más que apetecible. Como sus compañeras de viaje, tras pasar varios filtros y trabajar codo con codo con la Diputación de Bizkaia, los máximos responsables de esta empresas leerán hoy este artículo en Boston.
Un embrión que busca clientes fuera
La empresa que dirige Josean Borge es el más puro ejemplo de una startup. Todavía no ha empezado a facturar ya que su producto saldrá al mercado el año que viene, pero quiere sondear si su “solución” para los clientes domésticos sirve en Estados Unidos. “Si no es así, tendremos que trabajar en desarrollar otro producto que se pueda adaptar al mercado internacional”, afirma Borge. Pero hay que ir por partes y explicar primero que hace Ocean Data Tracker.
“Recogemos datos del agua, la profundidad, la temperatura y después de un primer análisis de necesidades potenciales de los clientes, empezamos también a investigar para recoger datos de calidad del agua y salinidad, y lo que hacemos es big data inteligente y lo ponemos a disposición de nuestros clientes para que ellos hagan un uso eficiente de sus reservas de aguas”, detalla.
Las empresas interesadas en esos datos son, por ejemplo, las hidroeléctricas. Ocean va más allá de los sistemas de medición actuales, determina el nivel real del agua y por tanto las reservas reales de las que dispone la compañía.
Además detecta la sedimentación del fondo. Son informaciones clave para que la compañía pueda prever en cada momento la cantidad de energía que podrá producir y la demanda que podrá atender.
Otros clientes potenciales son los puertos. En su caso, los datos pueden ser utilizados por las empresas portuarias para conocer el calado exacto de la dársena y definir las rutas a utilizar por los barcos con mayor seguridad. Los datos también permiten a las navieras prever cuánto tiempo van a estar en el puerto. Así, las empresas saben cuándo necesitan entrar y cuándo deben salir y optimizan así los costes porque tienen que pagar por el tiempo que están en el puerto. “Nuestro producto es una plataforma abierta, un big data, nos gusta denominarla como la primera plataforma abierta de datos inteligentes del agua”, añade.
Ocean Data Tracker es todavía un embrión en fase de gestación que verá la luz el próximo año con las primeras ventas. Tiene ya una cartera de clientes que aguarda el lanzamiento del producto porque sabe que da respuesta a sus necesidades.
La pregunta que surge es si no cabía esperar a la puesta en marcha del negocio doméstico antes de dar el paso de buscar clientes fuera. La respuesta resuelve las dudas: “Una compañía como la nuestra tiene que aprovechar ventanas de oportunidad como esta. Fuimos seleccionados porque el modelo de negocio que proponemos interesó mucho a los que vinieron de Boston y les pareció innovador. Podíamos haber esperado a dar el paso, pero no podíamos desaprovechar esta oportunidad. Debíamos adelantarnos a ese tiempo y correr, porque nunca sabes si puede ser tarde si esperas cinco o seis meses”. En Boston no solo van a comprobar si su sistema de análisis del agua es homologable, también van a tomar contacto y trabajar con profesionales que están desarrollando tecnología en MIP, la Meca de la innovación.
Con una plantilla actual de seis personas, la estimación es llegar el próximo año a los 15 trabajadores para atender las necesidades tanto de desarrollo tecnológico como de búsqueda de nuevos mercados. Si, como se prevé, se consolida la empresa en el segundo semestre del próximo año y se alcanza el objetivo de facturación de 500.000 euros, se podría aumentar la plantilla directa hasta los 20 y hasta los 30 con proveedores y colaboradores externos.
Posicionamiento en el mercado más exigente
Innoprot no está a punto de dar sus primeros pasos como Ocean. No es una startup al uso porque ya patentó en 2014 su producto estrella, un sistema de evaluación de medicamentos que simplifica y abarata los costes de la fase de testado del fármaco previa a la salida al mercado.
En su caso, el viaje a Boston tiene como objetivo despertar el interés de la industria farmacéutica local, una de las más potentes del planeta. “Es el lugar ideal para lanzar este proyecto”, resalta Jorge Gamiz, su director de desarrollo de negocio. El primer paso será colocar producto y entonces se analizará si la demanda es lo suficientemente fuerte como para abrir una delegación en el futuro. De momento, ya han captado la atención del panel de expertos de MIT que les ha seleccionado.
“Tenemos ya una trayectoria, tampoco muy larga, pero llevamos unos pocos años trabajando en el sector y creo que han visto la experiencia del equipo, el sistema que se ha desarrollado y las primeras fases. Han visto que sería una buena oportunidad para una empresa como nosotros el testar que la tecnología, los productos que tenemos, pueden funcionar también en Estados Unidos”, relata Gamiz.
Innoprot tiene once trabajadores en estos momentos y tienen buenas expectativas de crecimiento en este campo. Si la tecnología “funciona comercialmente” en el mercado de EE.UU., podría aumentar plantilla hasta los 25 o 30 empleados en un plazo de tres años.
“Salvo dos o tres en América, todos esos trabajadores estarían en Bizkaia, porque no tenemos intención de mover la sede, la parte de producción, de Euskadi”, agrega.
Sobre la mesa tienen un gran activo: una tecnología que con un único experimento es capaz de descubrir si un medicamento funciona, si puede ser tóxico y si tiene efectos secundarios. Cada una de esas actuaciones requería hasta ahora evaluaciones diferenciadas y era necesario poner en contacto con células las millones de librerías que conforman cada fármaco. “Nosotros hacemos todo eso a la vez, en un solo ensayo. Es nuestra ventaja principal, reducimos tiempo, reducimos costes. Simplificamos el lanzamiento al mercado para una industria con un gran potencial”, concluye.
Financiación para dar el salto internacional
Para WiMi5 el programa Masschallenge es una oportunidad “de oro” para lograr financiación y poder dar el siguiente paso en su actividad. “Con esa ronda podríamos duplicar el equipo de gente y realizaríamos el siguiente paso en el desarrollo de nuestra herramienta, el paso que nos permitiría hacer cualquier tipo de videojuego y dar el salto a la industria de los videojuegos profesionales”, explica Raúl Otaolea.
El CEO de WiMi5 explica de forma muy sencilla qué hace su empresa. “Por resumirlo en una frase somos el Wordpress de los videojuegos. Si el Wordpress facilita casi a cualquier persona la creación de una web, nosotros somos una herramienta web que permite a cualquier persona que esté familiarizada con el uso de un PC hacer un videojuego desde cero y colgarlo en la red, funciona en todos los dispositivos”.
Hasta el momento, el producto ha estado orientado hacia juegos infantiles y educativos. Necesitan en torno a un millón de euros para dar el salto y ser una herramienta válida para los profesionales del sector.
Además tiene otra oportunidad en el horizonte, ya que a partir del 1 de enero dejará de funcionar cualquier contenido realizado a través de la aplicación Flash. Otaolea quiere posicionar a su empresa para ese momento ya que habrá una “demanda muy importante” de herramientas que sean capaces de crear contenidos interactivos y videojuegos.
Su plantilla actual está formada por siete personas, pero aumentará significativamente para atender a las necesidades del nuevo producto y a la oportunidad que le ha abierto su estancia en Boston.
“Gracias a la Diputación pudimos contrastar si nuestro proyecto es interesante y si la forma de ponerlo aterrizaba bien en el mercado americano. El centro tecnológico más importante del mundo nos ha seleccionado y apuesta por nosotros y lo vamos a aprovechar”, destaca.
WiMi5 tiene asignado en el CIC un grupo de mentores que en estos momentos está realizando un listado de posibles inversores interesados en herramientas y videojuegos. Dispondrán también de una lista de empresas de videojuegos que pueden ser clientes. “Es un filtro que vale su peso en oro, llegas de la mano de alguien que está excelentemente bien posicionado. Y hablas con interlocutores de alto nivel de cada una de las posibilidades: clientes o inversores. Eso es un ahorro de tiempo abismal”.