BILBAO. José Ignacio Goirigolzarri dio ayer un inesperado portazo. Tras treinta años en el banco, el número dos del Bilbao Vizcaya Argentaria decidió abandonar la nave tras ver como se frustraba su aspiración de dirigir el banco el próximo año, cuando estaba previsto que se jubilara el actual presidente, Francisco González.
De puertas afuera, el consejo de administración pidió a González que siga cinco años más en el cargo y de forma paralela se produjo un acuerdo muy beneficioso para el ejecutivo cesante y propiciar así un relevo generacional en la cúpula bancaria. El movimiento registrado en el engranaje interno es otro bien distinto.
Francisco González -FG en el mundo financiero- ha maniobrado para quedarse hasta los 70 años al frente del banco y cerrado el camino de progresión al último superviviente de los grandes banqueros bilbainos que lideraron primero la integración del Vizcaya y el Bilbao y más tarde la fusión con Argentaria. La reacción de Goirigolzarri ha sido inmediata.
desavenencias El sector bancario ha sido desde hace meses un hervidero de rumores sobre las desavenencias entre el presidente y su consejero delegado, pero los desencuentros se remontan al año 2001. Cuando Pedro Luis Uriarte y Emilio Ybarra abandonan el banco, González se quedó solo en la presidencia y Goirigolzarri fue nombrado consejero delegado, número dos de facto. Sin embargo, nunca dio ese salto estético de ocupar la silla de vicepresidente que dejaba Uriarte, el gran capitán que lideró la nave BBV desde la sala de máquinas y propició, en una transición tranquila, la salida de gran parte de las familias de Neguri.
Uriarte guió el timón hasta situar el banco en el carril de la fusión con Argentaria y luego compartió labores de gobierno con FG e Ybarra en un estudiado equilibrio en el que las dos piezas de la entidad BBV y Argentaria estaban al mismo nivel.
La salida de Goirigolzarri, que ascendió en el banco precisamente de la mano de Uriarte, es la prueba más palpable de que González es, contra todo pronóstico, el triunfador absoluto de la alianza que alumbró el BBVA. Otro paso en una dinámica que ha desarraigado de Euskadi la entidad, a pesar de que sigue manteniendo la sede social en Bilbao. Ocho años a la sombra han sido demasiado tiempo para el ya ex consejero delegado del banco, considerado el verdadero cerebro económico de la entidad pero relegado a un segundo plano. Las desavenencias desembocaron ayer en una crisis controlada en la que se quiso disfrazar bajo el amplio paraguas del "acuerdo mutuo".
relevo Tras la reunión de ayer, el consejo de administración aseguró que en el actual entorno internacional, de incertidumbre regulatoria y movimientos corporativos, González seguía siendo la mejor opción para estar al frente de la entidad. Al mismo tiempo, se anunciaba el relevo de Goirigolzarri por el hasta ahora encargado de gestionar los recursos humanos y los aspectos tecnológicos de BBVA, Ángel Cano. Se trata de un hombre muy cercano a González, pero que también ha sido estrecho colaborador de Goirigolzarri.
En el comunicado oficial, Goirigolzarri no deja entrever la más mínima discrepancia con la dirección, y añade que, "tras ocho intensos años como consejero delegado y más de treinta al servicio del grupo, ha llegado el momento de dar un relevo generacional" y dejar paso a Cano, que "cuenta con la experiencia, el equipo y el liderazgo necesarios". Goirigolzarri era el consejero delegado más veterano de la banca estatal. FG todavía está lejos de los 75 años de Emilio Botín, alma y motor del Banco Santander.
José Ignacio Goirigolzarri, de 55 años, dejará el cargo por jubilación anticipada, con una pensión anual que rondará los tres millones de euros brutos anuales hasta su jubilación dentro de diez años. El banco tiene provisionados 52,49 millones de euros, que cobrará en un pago a los 65 años, que no se completará con ningún tipo de indemnización por cese debido al sustancioso acuerdo de la pensión.
A partir de ahora cobrará "menos" que su sueldo actual en el banco, donde en 2008 percibía 4,3 millones de euros entre cantidades fijas y variables.