Bilbao - Mikel Urrutikoetxea e Iker Irribarria viajarán en el tiempo el 2 de junio. Tres años. Hasta el 29 de mayo de 2016, fecha en la que se encontraron por primera vez dentro del Campeonato Manomanista, en la final de aquella edición, con el frontón Bizkaia de Bilbao como escenario -que se perpetúa prácticamente sin rival desde su estreno en 2011-. El Delorean de los precedentes transitará por el paso de los cursos y en aquella ocasión, en su primer campeonato mano a mano en la élite, el delantero de Arama protagonizó una irrupción únicamente al alcance de los llamados a poner su nombre en la historia. Lo hizo. Ante el zaratamoztarra, el guipuzcoano conquistó el título y se proclamó como el campeón más joven de la historia, con apenas 19 años y poco más de una temporada en el profesionalismo. Iker rompió el récord de Rubén Beloki, instaurado en 1995, con 20 años. La cita terminó 13-22 y ahí se acabó el año de reinado del de Baiko, que triunfó el curso anterior en la final más importante de toda la campaña manista profesional.

Aquella campaña, Irribarria clavó el camino de Juan Martínez de Irujo en 2004. El delantero de Ibero, un fenómeno, aterrizó en el Manomanista de Primera tras su buen rendimiento en el Parejas, en el que llegó a la final. Si bien en su entorno se barajaban dudas sobre su presencia individual, el de Ibero, que empezó la senda hacia el estrellato en Barakaldo ante un Agirre que le tuvo contra las cuerdas, terminó con un cetro que le impulsó al Olimpo, del que solo le apartó una cardiopatía. Aun así, Irujo está instalado entre los mejores de la historia. Irribarria copió el ejemplo del navarro en su primera participación y volteó el profesionalismo en cuatro partidos que le pusieron la vitola de favorito para la cita del Bizkaia.

Urrutikoetxea, entretanto, aterrizó en Bilbao con la camiseta colorada del campeón, lograda el curso anterior en una final a la que accedió al lesionarse Oinatz Bengoetxea. La renuncia de Irujo a disputar el tercer y cuarto puesto colocó a Mikel en el bronce de manera preventiva y, la fractura de un dedo del leitzarra, puso en marcha el Reglamento, que decía que el tercer clasificado era el que ocupaba el lugar del finalista dañado. Urrutikoetxea entró en aquel partido contra Aimar Olaizola, su maestro, y ganó. El curso siguiente, en su cuarta presencia como cabeza de serie y en su primer Manomanista como campeón en liza, apeó a Joseba Ezkurdia y Jokin Altuna. Sin embargo, en la final no fue capaz de frenar al huracán de Irribarria, pura pegada (13-22). Desde entonces, no se habían enfrentado en la distancia, exceptuando una revancha en La Blanca, en la que el zaratamoztarra se cobró la revancha (21-22).

Con todo, Urrutikoetxea disputará el 2 de junio su tercera final del Manomanista de su carrera. Ganó la primera, la de 2015 ante Aimar (19-22), pero perdió la segunda, en 2016, ante el de Arama. No obstante, el zaratamoztarra, que cumple 30 años el jueves, culminará su séptima presencia en una final profesional. Además de las tres del mano a mano, el todoterreno de Baiko Pilota suma dos participaciones en la batalla por la txapela del Cuatro y Medio -ganó la primera, en 2015, ante Martínez de Irujo (20-22) y perdió la segunda, en 2017, ante Altuna III (21-22)-, otra del Parejas de Primera -en 2016, que ganó con Olaizola II ante Irujo-Rezusta- y otra en la jaula de Segunda -que venció ante Jokin Argote en 2009 (10-22)-.

Iker Irribarria, por su parte, cumplirá 23 años el 4 de julio pero afrontará su sexta final en la pelota a mano profesional. Debutó con Aspe en 2015 y en poco tiempo llegó a la final del Manomanista de Segunda, que perdió ante Víctor, y un año después ganó el cetro de Primera. En 2017 se impuso en el Parejas con Rezusta ante Bengoetxea VI-Larunbe y repitió presencia en la final del mano a mano, pero el pizpireto leitzarra le tumbó (22-18). El guipuzcoano regresó a una final el pasado abril, pero no consiguió el cetro del Parejas.

Las entradas Respecto a las entradas para el enfrentamiento entre Urrutikoetxea e Irribarria, únicamente restan butacas de cancha a la venta. El precio es de 130 euros y quedarían alrededor de 270. Los asientos más baratos volaron.