OCO a poco la afición va recuperando su sitio en el deporte y ayer domingo la Bandera de La Concha fue una muestra de ello. Pese a que tan solo se permitió ocupar un 20% del aforo total y que se impedía el acceso a la rampa y animar con tambores y demás instrumentos, el entorno del puerto de Donostia gozó de una imagen mucho más cercana a la que se podía presenciar hasta 2019. Cerca de 1.200 privilegiados pudieron disfrutar in situde la emoción de la primera jornada de la Olimpiada del Remo y, pese a que los aficionados de Orio, Hondarribia y de los equipos donostiarras fueron mayoría, los aficionados vizcainos también aportaron su dosis de color en la mañana de ayer.

Entre la serpiente multicolor de camisetas en la que se convirtió el Paseo Nuevo, el morado contó con una presencia notable, sobre todo, en la grada supletoria que se colocó en una parte del paseo. La Soteray eso se nota en los desplazamientos a pesar de la pandemia. De hecho, un autobús partió a las 8.00 horas de la localidad marinera para llevar a Donostia a los aficionados santurtziarras. En ese autobús viajaba, entre otras, María Luisa Diego, quien presenció la primera jornada de esta Bandera de La Concha desde la zona central del Paseo Nuevo. "Ha habido que madrugar para venir, pero el madrugón merece la pena. Poder venir aquí a ver las regatas en directo es una gozada y es algo que se echaba de menos", señaló esta mujer, que es de aquellas santurtziarras que pudo vivir in situ el último éxito de la Sotera en la bahía donostiarra en 1985. "Aquello fue impresionante. Ojalá este año se pueda repetir algo así, sería espectacular", reconoció María Luisa.

A pocos metros de María Luisa se podía ver a un grupo de aficionados de Zierbena. Los galipos con sus camisetas y pañuelos de color marrón se hicieron notar en la matinal de ayer domingo. Sus gritos de ánimo se escucharon durante la primera tanda de la bandera masculina y a buen seguro fueron un pequeño impulso para que los patroneados por Borja Gómez aguantasen el tirón de Hondarribia. "En el aspecto no deportivo el éxito es que podamos estar aquí y ya en el asunto deportivo venimos con muchas ganas porque no hemos ganado nunca La Concha, aunque nos hemos quedado muy cerca un par de veces", reconoció Maider Herrerías, quien pronosticó que "Zierbena ganará la bandera, Hondarribia quedará segunda y Santurtzi tercera".

Por su parte, el azul marino de Urdaibai también tuvo presencia en las gradas. Jon era uno de los txos que se acercó hasta Donostia. "Había muchas ganas de venir y aquí estamos dispuestos a disfrutar y animar", declaró. Tampoco faltó el rojo de La Tomatera de Deusto. Francisco Redondo y Milagros Albajara no fallaron a su cita con La Concha. "Hemos llegado un poco tarde por todos los controles que hay, pero se echaba mucho de menos el ambiente. Intentaremos volver el domingo, aunque sabemos que estará complicado", asumieron. Entre todas las aficiones había una que no era la más numerosa, pero sí la que más ilusión tenía, la de Ares, debutantes en la Olimpiada del Remo. "Estar aquí es todo un regalo y el pueblo se ha vuelto loco. Ha habido mucha gente que se ha metido siete horas de coche porque esto es histórico", explicaron Marcial Castro y Mario González.

Llevasen las camisetas amarillas, verdes, blancas, moradas, azules o marrones, ayer domingo todos bogaban en la misma trainera, la de los aficionados del remo. Porque tal y como cantaba un grupo de hinchas de Orio: "Hemos vuelto, hemos vuelto a La Concha otra vez...". La afición ha vuelto y ojalá en la edición de 2022 pueda volver al 100% y, así, generar un ambiente único.

Con notables limitaciones y con el único impulso del sonido de su voz, los hinchas volvieron a animar desde el Puerto Nuevo

Pese a estar en minoría, las aficiones de Santurtzi, Zierbena, Urdaibai y Deusto se hicieron oír en la bahía donostiarra