- Jon Rahm sigue sin poder vencer al Ocean Course de Kiawah Island y está ubicado antes de la última jornada en el puesto 40, muy lejos de la cabeza, y con tres goles sobre par en el total después de tres días en los que todavía no ha conseguido robarle golpes al complicado campo en el que se está jugando esta edición del PGA Championship. Ayer estuvo cerca, pero dos bogeys en los dos últimos hoyos arruinaron su vuelta y le dejaron de nuevo con una sensación de disgusto que volvió a dejar patente con algún gesto feo como cuando golpeó un micrófono de ambiente tras fallar su golpe de salida en el hoyo 5.

Ayer fue el putt el que le trajo por el camino de la amargura y le privó de encontrar el premio a un juego bastante bueno de tee a green, con la precisión que en días anteriores le había faltado con los hierros. "Le ha pegado a la bola lo mejor que he podido, pero apenas he metido putts. En realidad, no ha metido ni uno", admitió el de Barrika tras otra jornada sin brillantez en su resultado tras fallar varios putts de entre dos y tres metros. "No estoy nada contento y, para ser honesto, el final que he tenido hace que no me apetezca estar aquí", dijo ante la prensa tras un día en el que perdió un golpe y medio alrededor de las banderas con respecto a la media del torneo.

Hasta ese par de tropiezos finales, Rahm se había aproximado al Top 20 gracias a un bogey en el hoyo 4 y tres birdies en el 6, el 11 y el 16 que hacían justicia a su juego. La tarjeta podía haber sido mucho mejor, pero "he metido tres birdies con tres putts cortos y he fallado muchísimos más cortos. He fallado un putt de menos de un metro en el 10 y ese era el cuarto del día de los que he fallado cortos", resumió el número 3 del mundo, realmente frustrado por estar en otro major fuera de la lucha por el triunfo antes de la última jornada.

"Ahora ya da igual. A no ser que salga un huracán y haga menos diez estoy muy lejos. A menos que todos se tropiecen, que lo dudo", se resignó el barrikoztarra, que tiene el Top 10 a apenas cuatro golpes de distancia, pero que por unas cosas o por otras en los últimos torneos no acaba de cuadrar su juego y tendrá que consolarse con intentar mejorar posiciones en la última jornada.

El caso es que Jon Rahm está sufriendo en sus carnes la dureza y todas las trampas del recorrido de Carolina del Sur que ya antes del fin de semana se llevó por delante a tres de los cuatro primeros del mundo: Dustin Johnson, Justin Thomas y Xander Schauffele. El sorprendente desarrollo del torneo está coronando a los veteranos porque entre los treinta primeros al cierre de esta edición estaban los dos capitanes de la Ryder Cup de este año, Steve Stricker y Padraig Harrington, pero sobre todo el nombre de este PGA Championship es el de Phil Mickelson, que en la mitad del recorrido de ayer era líder con cuatro golpes de ventaja sobre Hideki Matsuyama, el ganador del Masters. el mes pasado. El de San Diego, buen amigo de Jon Rahm, está muy preciso desde el tee, uno de sus debes de siempre, y como con el resto de palos está jugando como en sus mejores días va camino de hacer historia en los majors en el campo de Kiawah Island.