Mirar una clasificación y ver a Jon Rahm, pero es lo que ocurrió tras la primera jornada del Wells Fargo Championship, una de las peores del de Barrika desde que es profesional. Su tarjeta de 76 golpes, cinco sobre el par del exigente Quail Hollow, le sitúa con la obligación de firmar hoy una excelente vuelta para poder pasar el corte y es la peor desde los 76 golpes que hizo en la tercera ronda del US Open en septiembre. Solo nueve jugadores de los 157 presentes en el campo de Carolina del Norte, entre ellos Max Homa, compañero de partido y defensor del trofeo, jugaron más alto. Por mirarle el lado positivo, la última vez que Rahm hizo una vuelta de cinco sobre par fue en la primera del BMW Championship del año pasado y acabó ganando ese torneo con aquel maravilloso putt de más de 20 metros en el play-off ante Dustin Johnson.

Probablemente, el golfista vizcaino pensará que peor que ayer es complicado jugar. Acabó con ocho bogeys por solo tres birdies, solo cogió diez de dieciocho greenes en regulación y perdió golpes respecto a la media en todos los sectores del juego. Sobre todo, estuvo muy poco fino en los golpes de aproximación y eso le llevó a jugar los pares 5 con un golpe por encima del par y los pares 4 al par. No es lo que pide un campo como Quail Hollow ni responde a la trayectoria reciente de Jon Rahm, que venía jugando muy bien de tee a green. Pero el golf no admite dudas y el barrikoztarra las mostró todas ayer, hasta el punto de caer en cierta frustración.

Empezó por el hoyo 10 y en el 12 ya le cayó el primer bogey tras llevar la bola al bunker de segundo golpe. Lo compensó con un birdie en el 14 al jugar con precisión el chip y el putt, pero de pronto se encontró con la Milla Verde, el temido tramo del 16 al 18 de Quail Hollow que suele ver desastres. Algo así le ocurrió a Jon Rahm, que hizo tres bogeys consecutivos para cerrar la primera mitad con tres sobre par. Tenía que reaccionar, pero en el 1 volvió a sumar un golpe tras visitar de nuevo la arena. Birdie en el 2, bogey en el 3 y birdie en el 4, donde estuvo a punto de hacer un hoyo en uno, parecieron parar la hemorragia. Pero las cosas podían ir peor y todo lo malo se resumió en el hoyo 7. Su salida fue al agua y el cuarto golpe de recuperación, que tenía un aspecto buenísimo, pegó en el mástil de la bandera y alejó la bola del hoyo los metros suficientes para convertir un par sencillo en otro bogey. Y en el 8, otro par 4, volvió a quedarse corto desde el centro de la calle en su acceso al green y no pudo convertir el putt de tres metros y medio para par. Cerró así una mañana aciaga en Quail Hollow, un campo que tampoco en su única aparición anterior se le dio bien.

El primer liderato del Wells Fargo Championship fue para Phil Mickelson, con seis bajo par. Pasados los 50 años, el zurdo de San Diego aún guarda retazos de gran golfista. Pero Jon Rahm, buen amigo de Lefty, bastante tiene, de momento, con intentar superar el corte y mantener una racha que se extiende a 22 torneos seguidos.