Francia y Países Bajos firmaron el primer empate a cero de la Eurocopa en un encuentro al que no le faltaron ocasiones de gol por parte de ambos contendientes –hubo uno anulado a los de Ronald Koeman en el minuto 69 por fuera de juego–, pero sí muchísimo acierto de cara a portería. Ambos quedan al mando del Grupo D con cuatro puntos. Además de los goles, también faltaron a la cita Kylian Mbappé y su máscara protectora. El nuevo punta del Real Madrid y su presencia en esta contienda habían sido la gran comidilla de las jornadas previas tras la fractura nasal que sufrió en el duelo inaugural ante Austria. Se siguieron al dedillo sus ejercicios en los entrenamientos de Didier Deschamps, se elucubró sobre la protección que iba a usar, incluso se criticó que no le permitieran jugar con la máscara con los colores de la bandera de Francia con la que trabajó la víspera... y al final nada de nada. Mbappé siguió la totalidad del choque plácidamente sentado en el banquillo.

La acción sobre el terreno de juego no fue tan anodina. Ni franceses, desde la posesión de balón, ni neerlandeses, activando el modo galope a la más mínima oportunidad, fueron timoratos a la hora de buscar la portería rival, pero fallaron en el abordaje final. Si de un combate de boxeo se hubiese tratado, probablemente la victoria habría caído del lado de los de Deschamps a los puntos, aunque el golpe más certero lo dieron los de Koeman, pero el gol de Xavi Simons en la segunda mitad fue finalmente anulado al considerar el árbitro y el VAR que en el momento de su remate su compañero Denzel Dumfries se encontraba en situación de fuera de juego y entorpeciendo la posible intervención del portero rival.

No se había cumplido ni el primer minuto del partido cuando Países Bajos consiguió exprimir la velocidad de Jeremie Frimpong, aunque el disparo raso del jugador del Bayer Leverkusen se encontró con la mano salvadora de Mike Maignan. Tampoco se cortó en absoluto Francia, que poco después probó la eficacia de Bart Verbruggen mediante un zurdazo desde fuera del área de Antoine Griezmann. Tras la efervescencia inicial, el duelo no bajó en absoluto de revoluciones, pues los de Deschamps desperdiciaron en el minuto 14 una inmejorable doble oportunidad para adelantarse en el luminoso. Primero, Adrien Rabiot se plantó delante del portero y su torpe pase lateral para Griezmann se quedó demasiado atrás y, en la segunda jugada, el disparo del jugador del Atlético de Madrid a servicio de N’Golo Kanté, con todo a favor, se fue fuera por muy poco. Sin tiempo para respirar, como si de un intercambio de golpes se tratara, Maignan tuvo que volver a intervenir para que el disparo desde fuera del área de Cody Gakpo culminando una acción individual no se colara en su portería.

Francia se consolidó como propietaria del balón, mientras que los neerlandeses apostaban por las transiciones explosivas. Ni los galos ni los de Koeman renunciaron a romper la igualada en el marcador, pero faltó acierto, sobre todo en la pierna y la cabeza del hiperactivo Griezmann. La ocasión más clara hasta la llegada del descanso la tuvo en sus botas Marcus Thuram tras un despiste de la zaga rival, pero su tiro escorado se marchó fuera.

En la reanudación, el descenso de las constantes vitales de la contienda fue plausible en primera instancia. Ambos equipos cortocircuitaban cuando se asomaban a las cercanías del área rival, acumulando imprecisiones y errores. Thuram, con un lanzamiento desde fuera del área que se fue muy cerca del poste derecho de la meta neerlandesa, sacó el choque del bostezo en el minuto 60. Poco después, no estuvo lejos de marcar Aurelien Tchouameni de cabeza, pero el punto de mira se mantenía desviado. Países Bajos cedió terreno peligrosamente y los de Deschamps empezaron a amasar bola en terreno contrario con comodidad. Tras una buena combinación coral, Griezmann, una vez más, estuvo muy cerca de abrir la lata a los pies de Verbruggen, brillante taponando, y las vías de agua cada vez más numerosas en su armazón exigían una reacción por parte de Koeman.

Gol anulado

En el minuto 69, cuando peor estaban las cosas para los neerlandeses, Simons adelantó a los suyos en una jugada aislada tras un rechace de Maignan a remate de Memphis Depay, pero el árbitro y el VAR consideraron que Dumfries estaba en situación de fuera de juego y molestaba en la acción al meta galo. Esa situación domesticó el ímpetu francés. Los dos seleccionadores agitaron el árbol de los cambios, colocando sobre el césped sendos faros en área contraria para ejercer de referencia en los últimos quince minutos, Olivier Giroud por un lado y Wout Weghorst por el otro. Sin embargo, mientras más se acercaba el reloj al 90 quedaba claro que ambos combinados daban por bueno el botín de cuatro puntos con dos jornadas disputadas. Francia tenía el balón pero no lo movía con la velocidad necesaria para hacer daño, la tropa de Koeman se resguardó atrás, agazapada y presta para la posibilidad de una última estampida a toque de corneta que nunca llegó y el telón bajó dejando la situación en tablas, sin goles y sin noticias de Kylian Mbappé ni de su máscara.