Xavi Hernández, al frente del Barça con un partido crucial para el futuro del equipo, tanto deportiva como económicamente. Ganar hoy al Benfica significará la segura clasificación del Barcelona para los octavos de final de la Champions como segundo del grupo E, donde ya está clasificado el Bayern de Múnich. Además, el técnico azulgrana afronta el encuentro como "una revancha" frente al equipo lisboeta, que le endosó un 3-0 en el Estadio Da Luz.

"Lo veo como un reto. Para qué pensar en un escenario negativo cuando se puede pensar en un escenario positivo. El Barça no está en un momento para sacar pecho, pero tenemos que ser positivos y valientes e ir al ataque. Si ganamos estamos en octavos", advirtió Xavi sobre la transcendencia del encuentro a cara o cruz para el conjunto azulgrana de cara a pasar de ronda.

Por eso espera que el Camp Nou se comporte como el día de su debut, el pasado sábado en el derbi frente al Espanyol. "El ambiente que vi el sábado no lo he visto en mi vida. Los aficionados estuvieron espectaculares, brillantes, se lo quiero agradecer. Estamos muy orgullos de la afición, el sábado quedé alucinado, tenemos que darles las gracias. Tiene que haber un ambiente de piel de gallina", ensalzó el técnico.

Sobre el Benfica, Xavi señaló: "Tienen un equipo muy físico, sobre todo delante, son rivales que pueden ir poniéndote en tu área y su entrenador (Jorge Jesús) es muy experimentado y transmite mucho carácter, es un equipo con alma".

Problemas en la delantera

Uno de los problemas que se encontrará Xavi es que de momento tan solo tiene a su disposición a tres delanteros, Memphis Depay, Luuk de Jong y Yusuf Demir, ante las bajas por lesión de Ousmane Dembélé, Sergio Agüero, Ansu Fati y Martin Braithwaite.

"En principio", manifestó el técnico, no habrá problemas para que Sergio Busquets, Nico González y Óscar Mingueza, que se retiraron con molestias ante el Espanyol, puedan entrar en la convocatoria. Quien no llega es Sergi Roberto, que sigue con molestias en el cuádriceps de la pierna derecha.

Las derrotas ante el Bayern de Múnich (0-3) y el Benfica (3-0) en las dos primeras jornadas de la fase de grupos son una losa que aún arrastra el Barça a pesar de vencer los dos siguientes partidos, ante el Dinamo de Kiev (1-0 y 0-1). Un triunfo hoy le clasifica matemáticamente para octavos. En cambio, un empate le obligaría a vencer en la última jornada en el inexpugnable Allianz Arena, o a esperar que el Benfica no sea capaz de derrotar en casa al Dinamo de Kiev, y una derrota directamente ya no le permitiría depender de sí mismo.