El Barakaldo está un poco más cerca de ver la luz al largo túnel en el que se encuentra inmerso desde que se conociera la deuda de 1,2 millones de euros contraída con la Seguridad Social y que heredó de la anterior Junta Directiva presidida por Orlando Saiz. Un lastre que ha condicionado la labor llevada a cabo por la Junta Gestora liderada por Jesús Mari Isusi y que se ha visto aún más agravada por las penurias deportivas que han ocasionado el descenso del club fabril a la Tercera RFEF, la quinta categoría a nivel estatal. La viabilidad de la entidad de Ezkerraldea ha estado en serio peligro pese a salir el pasado febrero del concurso de acreedores al que se vio obligado recurrir, aunque a día de hoy se ha reactivado el mandato de la Asamblea de convertir el club en sociedad anónima, todo un salvavidas.

El Barakaldo así lo anunció ayer lunes en un comunicado oficial, en el que avanza “el acuerdo marco” al que ha llegado con un grupo de inversores vizcainos, que incluye a empresarios y a exfutbolistas del club aurinegro, “para la ejecución del proceso de transformación del club en sociedad anónima deportiva”, que se detallará probablemente el jueves.