Lander Torrealdai(Gernika, 1988) es todo un emblema en el Gernika, el club de su vida. El pasado fin de semana disputó su partido 400 con el primer equipo de la entidad foral, en la que lleva desde niño -con un paréntesis de una campaña en el Bilbao Athletic- y donde entrena a promesas de la cantera desde hace casi una década. "De pequeño iba a ver el fútbol a Santa Lucía, siempre he sido del Gernika, y poder llegar a ese número en el equipo de mi corazón es un orgullo", apunta Lander, que reconoce que "nunca lo hubiera imaginado" cuando subió de la mano de Jabi Luaces en la temporada 2007-08. "Veía a los que tenía al lado, que me parecían buenísimos, y pensaba que qué hacía yo ahí. No me veía capacitado para jugar con ellos", recuerda.Pero aquel joven recién salido del juvenil se equivocaba, tal y como demuestran los trece cursos que suma en la primera plantilla. "Por lo que comentan en el club, nadie había llegado a 400 partidos, aunque no hay datos oficiales. Hubo un jugador, Raúl Guerrero, al que recuerdo de cuando yo era niño, que estuvo 13 o 14 temporadas. Dicen que ese es el récord, pero que no jugó tantos partidos", detalla Lander. El capitán festejó este hito con un triunfo ante un rival directo en la pelea por ascender como el Sestao River, lo que les mantiene líderes de Tercera. "Mejor no se podía celebrar. Además, era una fecha especial para mí, porque era el cumpleaños de mi aita. Era quien me llevaba a ver los partidos a Santa Lucía y, por desgracia, nunca me ha podido ver jugando con el Gernika", explica.

Lander recibió un homenaje sorpresa antes del choque, en el que le entregaron la camiseta del equipo con el número 400. "Dijeron de sacar una foto todos juntos, me pareció raro. Entonces apareció Iñigo Otazua, el utillero, y me dio el regalo. Lo organizó él y fue un detalle muy bonito que no esperaba, porque yo no le había comentado nada a ningún compañero", agradece quien, a la hora de elegir el mejor de los 400, destaca tres encuentros. "El de El Sadar en el play-off de 2015. Campo de Primera, vino mucha gente de Gernika y encima ganamos. También el de vuelta en Urbieta, en el que logramos el ascenso. Para mí ha sido el único y espero que no el último. Y otro contra el Real Madrid Castilla. Era como un partido de videojuego, contra un equipo entrenado por Zidane y con los Mariano, Marcos Llorente, Ødegaard, Mayoral€ Y encima marqué", rememora este profesor de ESO que da clases de Matemáticas.

aprovechar la ventaja

El Gernika ya ha finalizado la liga regular, pues hoy descansa en una última jornada con poco por decidir. De hecho, ya se conocen las seis escuadras que pelearán por subir a Segunda RFEF en la siguiente fase. Como los puntos sumados hasta ahora se mantienen, los forales partirán con una buena renta en la lucha por una de las dos plazas de ascenso directo. "Llevamos ventaja, pero hay que aprovecharla. Quizá nos dé tranquilidad para afrontar ciertos partidos, pero no podemos pensar que está hecho", explica el capitán de un vestuario que desea brindarle el ascenso a Aitor Gandiaga, compañero fallecido en enero en accidente de tráfico. "Contra el Sestao sufrimos, pero veíamos su foto en el fondo del campo y sacábamos fuerzas de donde no había. Tenemos que hacerlo por él y darle ese pequeño homenaje. Desde donde esté, nos mandará las fuerzas necesarias para lograrlo", apunta Lander, que tras haber desarrollado casi toda su carrera como medio juega ahora de central. Al igual que hizo como jugador, escala peldaños como técnico en las categorías inferiores del club y este curso dirige al juvenil A, que milita en Liga Nacional. No obstante, aún le queda cuerda para rato sobre el césped. "Imanol Etxabe se retira este año, así que hay que dejarle que lo haga él solo", bromea. "Esta temporada me estoy sintiendo bien, así que al menos otra más seguiré", promete.