- El comienzo de la temporada 2020-21 será atípico por muchos motivos para todos los clubes del fútbol modesto, pero el Barakaldo tendrá una razón más. Y es que, al hecho de empezar la liga allá por el mes de octubre y hacerlo, muy posiblemente, sin público en las gradas, en el caso del cuadro fabril se sumará que sus primeros partidos como local no los disputará en Lasesarre, sino en la Ciudad Deportiva de San Vicente. El motivo de esta mudanza provisional a las instalaciones que sirven de lugar de entrenamiento para el club gualdinegro no es otro que las obras de mejora del estadio, que darán comienzo este próximo lunes.

Los trabajos a realizar en el feudo habitual del Barakaldo son de calado y, por ello, se estima que no será hasta final de año cuando Lasesarre pueda acoger de nuevo actividad competitiva. En concreto, la remodelación consiste en la reforma de la cubierta, la fachada y la bajante de aguas con el propósito de acabar con los problemas de goteras que venían padeciendo desde hace tiempo los aficionados gualdinegros cada vez que acudían al campo en días de lluvia. En total, el Consistorio barakaldarra invertirá 1,4 millones de euros en las obras, cuya contratación se hizo a finales de enero, antes de la pandemia del coronavirus.

Por otro lado, el fin anticipado de la temporada ha hecho que el Barakaldo se haya asegurado estar una campaña más en Segunda B y el club ya se está moviendo para confeccionar un proyecto ilusionante, aunque, debido a la situación actual, con menos presupuesto. Uno de los primeros pasos será acometer el fichaje de un entrenador y un director deportivo, puestos que, todo hace indicar, serán cubiertos por la misma persona. "Nos tendremos que reinventar, pero no tenemos prisa. Vamos a competir con las máximas garantías y tenemos que lograr que este club esté en el lugar que merece por su historia", dijo Jesús Mari Isusi, presidente del Barakaldo.