A explosión de Bernal nos ha sorprendido a todos. El Tour es una carrera que te lleva al límite en lo físico, pero también en lo psíquico. Liderar a un superequipo que ha ganado las últimas ediciones del Tour no es sencillo, más si cabe, si no sientes que estás al 100%. La presión y el miedo a perder te pueden pasar mucha factura. El ritmo que ha puesto el Jumbo durante toda la etapa ha superado a Bernal. También a Quintana. En nuestro caso, aunque no es fácil, pensamos que el podio es factible para Mikel y seguiremos en esa lucha. Todo lo que ha pasado durante esta semana de carrera ha desembocado en el Grand Colombier. El Jumbo ha funcionado muy bien, al estilo que nos acostumbró el Ineos. El equipo del líder Roglic es muy superior. Controla la carrera a su antojo. No hay resquicios para atacar. Ante escenarios así, es mejor aguantar y esperar a que haya alguna posibilidad. Esta segunda semana ha marcado las diferencias. Ha servido para abrir grietas entre los favoritos. Roglic ha asentado su liderato y ha distanciado al resto. Ahora entraremos en la tercera fase, en la que el Jumbo jugará a amarrar la carrera y a dosificar la ventaja. La renta que tiene con Pogacar le puede servir en la crono. Eso sí, la 17ª etapa, con final en Col de La Loze, puede ser decisiva. En los durísimos últimos cuatro kilómetros de poco servirá la ayuda del equipo. Será una lucha de tú a tú entre los líderes. En el resto de días veo pocas posibilidades de romper al Jumbo.