Bilbao - En los 125 kilómetros que separan Lovere, donde arranca hoy la jornada reina del Giro, y Verona, que será el domingo el epílogo de la carrera italiana, entran seis etapas, casi mil kilómetros, cuatro finales en alto, una jornada de transición, la del jueves, y la contrarreloj final. Por supuesto, también la resolución de una carrera que desde la llegada de la montaña no está defraudando, en absoluto, convertida en un zafarrancho, territorio de Vincenzo Nibali y Richard Carapaz, pero también de Mikel Landa. No habrá hueco hoy para el Passo de Gavia, inaccesible por la nieve y el riesgo de avalanchas, pero sí para Cevo y Aprica antes de la temible ascensión al Mortirolo camino de Ponte di Legno. La etapa reina, que queda algo descafeinada y reducida en 32 kilómetros, abre la semana fantástica del Giro, en la que el Movistar defiende el liderato de Caparaz, con Landa (a 3:15) como segundo espada, y en la que Primoz Roglic (a 47 segundos) y Nibali (a 1:47) prometen batalla para subirse, cosidos a la maglia rosa, a lo más alto del podio de Verona.

Descifrar en qué orden preocupan a la escuadra telefónica el esloveno y el italiano es a día de hoy una quimera, pues no parecen ponerse de acuerdo ni los corredores ni el mánager, Eusebio Unzué. Ayer, aprovechando la tranquilidad de la segunda y última jornada de descanso, Landa, Carapaz y Unzué fueron protagonistas ante los medios. El líder de la carrera, que se ha mostrado intratable hasta la fecha cuando la carretera se ha puesto puntiaguda, como así lo demuestran las dos etapas que tiene ya en su bolsillo, apostó por él como ganador de la carrera. “Me siento favorito y estoy animado para seguir defendiendo el maillot rosa”, lanzó a modo de advertencia a sus rivales, pero también a su equipo, si es que en el seno del mismo sigue quedando alguien que dude a día de hoy entre él y el corredor de Murgia como líderes del Movistar. Cauteloso, no se olvidó de Nibali y Roglic: “Nibali puede ser el rival más peligroso por su experiencia y palmarés, pero también está Roglic, que tendrá la crono final a favor. Queda mucho hasta Verona y hay que ir despacio, trataremos de defendernos lo mejor posible”.

Por lo visto hasta el momento, esa defensa de la maglia rosa podría pasar por atacar. Criticado en numerosas ocasiones por sus rácana actitud en carrera, el Movistar está demostrando en la presente edición del Giro que tiene ciclistas capacitados para el zafarrancho. Landa representa como pocos la valentía y la heroica de una modalidad en la que el dominio del Sky, ahora Ineos, en el Tour de Francia ha privado al espectador de jornadas épicas durante varios años. El Giro es otro mundo. Lo demostró Chris Froome el año pasado, y en la actual edición, además del corredor alavés, figura en nómina Nibali, el Tiburón, el ciclista del colmillo afilado, presto siempre para sorprender a su presa en cualquier esquina. A tenor de sus palabras, es a él a quien más teme Landa. “Hay que controlar de cerca a Nibali, es el rival”. Eso sí, sin quitar ojo a los posibles movimientos del corredor del Jumbo: “Primoz Roglic es un rival muy fuerte”.

Veterano, curtido en mil batallas, Eusebio Unzué señala también al esloveno. No se olvida de Nibali, porque lo contrario sería un gesto demasiado osado, pero el mánager del Movistar mira con cierta preocupación a la contrarreloj del próximo domingo en Verona. “Este año Roglic ha estado inmenso los primeros diez días y es el líder virtual por la crono de Verona. Hay que ponerle un minuto más, pero también está Nibali, que es un grande, un histórico en un gran momento y en una semana de oportunidades puede pasar de todo”.

las dudas de roglic Las dos exhibiciones del corredor del Jumbo contra el reloj, en la jornada inaugural primero y en la de San Marino, después, unido a la retirada de Tom Dumoulin tras su fuerte caída, le señalaron como el gran favorito para el triunfo final, pero con la llegada de la montaña irrumpió la figura de Carapaz, intratable hasta la fecha en las rampas del Giro. El esloveno, cuarto en la pasada edición del Tour, debe remontar una desventaja de 47 segundos con respecto al ecuatoriano. Le favorece la última contrarreloj, aunque está por ver si sufre alguna secuela tras su caída del domingo en una jornada para olvidar en la que tuvo de todo: fallo mecánico, un golpe contra un guardarraíl y la pérdida de en meta de 38 segundos con respecto al corredor ecuatoriano.

En la que es la semana fantástica del Giro, en la que está todo por decidir, Mikel Landa, quinto en la clasificación, asoma como la otra baza del Movistar, que tiene muchas formas de defender el liderato de Carapaz. Habrá ataques, pues hay terreno para que las diferencias sean grandes. “En el Giro puede pasar de todo, es imprevisible”, advirtió ayer Unzué. Nibali le cogió el guante y lanzó también su aviso: “Empieza otro Giro”. Una carrera en seis días y casi 1.000 kms.