Después de tres meses de competición y con el billete a la Copa en la mano, ¿qué balance se puede hacer de la temporada?

—Tiene que ser positivo. Aunque la temporada no está siendo tan redonda como la anterior, algo que es muy difícil porque la tercera posición está ya bastante lejos por el nivel de los tres primeros, el balance es muy positivo, sobre todo en los partidos de casa. Fuera no hemos estado tan bien, sobre todo en los partidos de Logroño y Donostia, y quizás también Girona, y no hemos visto la versión del equipo de Maloste donde llevamos pleno de siete victorias, aunque es verdad que aún no han pasado los grandes. En todo caso, siempre es difícil ganar en esta Liga Femenina tan igualada, si exceptuamos a los tres grandes.

¿Siente que esta temporada es su mayor reto como entrenador, por todo lo que rodea además a lo deportivo?

—Todos los años son un reto y más cambiando a las cinco jugadoras con más minutos. Se hace difícil volver a empezar casi de cero, aunque permanezcan jugadoras de la pasada temporada que ayudan muchísimo, y lo convierte en un reto y esta temporada aún más, por la situación que estamos viviendo, por la ausencia de público o la escasa presencia de espectadores al principio, los protocolos que tenemos que seguir€ De momento, hemos librado y no hemos tenido que parar por positivos, y tocamos madera. Esperamos que dentro de lo malo podamos avanzar sin contratiempos.

¿Resulta difícil marcar objetivos cuando hay tanta incertidumbre alrededor y tantas cosas que no se pueden controlar?

—Siempre nos marcamos objetivos, independientemente de lo que pueda pasar en el futuro. Sí es verdad que ha habido contratiempos, el primero la Eurocup. Teníamos planificado empezar a principios de octubre y ahora jugar hasta enero supone un contratiempo en la planificación. De hecho, la plantilla estaba pensada para competir en los dos frentes sin que nos pasara factura y el equipo no llegara a enero tocado físicamente. Por eso no miramos más allá del próximo partido. Como te decía, este año ha sido más difícil el acople del equipo y que cogiera todos los automatismos, pero poco a poco lo estamos consiguiendo y, sobre todo, estamos contentas con la imagen que estamos dando en casa.

¿Cómo va a ajustar estos cambios de planificación para un calendario muy cargado y con la Eurocup comprimida en una burbuja en enero?

—Vamos a tener que jugar tres partidos de la Eurocup en cinco días, pero sabemos que no podemos descuidar la liga, que es nuestra prioridad para conseguir una buena clasificación y tenemos una segunda vuelta muy dura porque vamos a recibir a los tres grandes y fuera tendremos a rivales que se van a estar jugando mucho. Si no ocurre nada hasta entonces, buscaremos preparar al equipo físicamente tres semanas antes de esa concentración para la Eurocup. Pero hasta entonces vamos partido a partido.

Hablando y leyendo a otros entrenadores, todos se refieren a la exigencia mental que supone esta temporada por no poder hacer una vida normal. No sé si eso obliga a relativizar todo€

—Sí, es verdad que se puede hacer duro porque todas las actividades que se hacían fuera del pabellón para cohesión del grupo han quedado limitadas al máximo. No estamos disfrutando de salidas a Bilbao, a la playa, de algunas cenas o actividades grupales. Vivimos en un pueblo no muy grande y las jugadoras están tomando las medidas para correr el menor riesgo posible. Pero también hay que decir que el esfuerzo mental es para todo el mundo, no solo para las jugadoras de baloncesto.

Al margen de los resultados, que pueden ser asumibles por la entidad de los rivales que han tenido, ¿cómo se puede explicar la acusada diferencia del rendimiento del equipo fuera respecto a Maloste?

—Ya te digo que es nuestra asignatura pendiente poder competir al máximo fuera de casa cuando los partidos se complican y el juego no es tan redondo. Quizás nos está faltando un poco de carácter, de experiencia, de liderazgo en cancha en los momentos difíciles€ Quizás estamos echando en falta gente que tire del equipo para poder dar vuelta a los partidos. En los partidos de casa estamos empezando muy bien, pero fuera de casa es nuestro debe por la juventud de algunas jugadoras, por el estado de forma de otras, alguna lesión€ Tenemos varias jugadoras que no están acostumbradas a esta exigencia, que viene de equipos que lucharon por evitar el descenso y no es lo mismo. Por eso fuera de casa no estamos compitiendo al nivel que queremos, sobre todo por sensaciones y por intensidad y dinamismo. Aún no hemos hecho un partido completo fuera de casa y tenemos que mentalizarnos de ello. El domingo tenemos una gran oportunidad en Zaragoza ante un rival complicado que se está jugando sus últimas opciones de entrar en la Copa.

¿Ha tenido que retocar mucho la idea de juego que tenía en agosto respecto a lo que puede dar el equipo ahora?

—Sí, ha habido que retocar cosas porque el equipo tiene carencias y virtudes distintas a las de la temporada pasada. En el exterior no tenemos el físico y la agresividad que nos daban Gaby Ocete, Blake Dietrick y Julie Wojta en la primera línea y ahora lo estamos intentando suplir tácticamente para estar un poco más arropadas atrás y mejorando a las jugadoras, que es algo que creo que vamos consiguiendo desde que empezó la temporada. Y en ataque tenemos más tiro exterior, con los sistemas buscamos aprovechar esas características€ También tenemos más anotación en el puesto de base con Laura Cornelius y al final queremos explotar las virtudes de las jugadoras.

A nivel global, parece que el cuarto puesto de la Liga es el objetivo real porque el Avenida, el Valencia y el Girona están ya muy lejos.

—Sí, los tres primeros puestos están ya claros, solo falta decidir el orden entre ellos. Hay un gran salto entre ellos tres y los demás. A un partido puedes ponerles las cosas difíciles e incluso ganarles, pero a lo largo de una liga es muy complicado aguantarles el ritmo y desbancarles.

El Estudiantes es la sorpresa, el Tenerife está ahí, aunque parece que tiene problemas económicos, y el Araski y el Zaragoza, que han sido los más afectados por el covid, tienen que subir posiciones, en teoría. Hay mucha competencia.

—Está claro que el Araski y el Zaragoza tienen que ir a más por plantilla con el paso de los partidos. El Estudiantes puede ser sorpresa porque es recién ascendido, pero no por plantilla, y está donde se merece por juego. Y el Tenerife también tiene un buen equipo, al menos hasta que se ha marchado Asia Taylor tenían un quinteto capaz de competir con los de arriba, con físico y talento.

No depende de usted ni del club, pero lo que más satisfechos les dejaría es que la gente pudiera volver a Maloste con cierta normalidad para disfrutar de todo lo que supone el Lointek Gernika Bizkaia.

—Sí, un sí rotundo, porque les echamos muchísimo de menos y no solo en lo deportivo. Sobre todo lo echan en falta las nuevas jugadoras, que no han podido disfrutar de un Maloste llevando en volandas al equipo y de esas noches europeas que tanto nos han dado. Al menos, que podamos disfrutar de las 200 personas que venían en la cancha al principio de la temporada.

"Fuera de casa quizás nos está faltando carácter, experiencia y liderazgo en los momentos difíciles"

"Las nuevas jugadoras no han podido disfrutar aún de ese Maloste repleto que lleva en volandas al equipo"