ITZI Ariztimuño aprovecha el primer parón competitivo para ponerse al día y avanzar en sus estudios de fisioterapia. También es el momento para poner en perspectiva una carrera que le está convirtiendo, pese a que la semana próxima cumplirá solo 22 años, ya en una jugadora histórica del baloncesto de Bizkaia. En el último partido ante el Estudiantes, alcanzó los 100 partidos con el Lointek Gernikaen las competiciones nacionales, o sea Liga, Copa y Supercopa. El club y el público de Maloste le brindaron un sencillo homenaje y Naiara Díez le entregó una camiseta conmemorativa, "que me hizo mucha ilusión y que no me esperaba porque no llevaba la cuenta de los partidos que he jugado".

Esa cifra convierte a la base bilbaina en la jugadora vizcaina que más partidos ha disputado en la máxima categoría con un mismo equipo. En total, tiene por delante a Izaskun García, que está sumando en el Araski, pero Ariztimuño puede añadir también los 26 que ha jugado en la Eurocup y que le permiten firmar una trayectoria aún incipiente que "ni siquiera podía imaginar" cuando estaba empezando en las canchas de Loiola Indautxu. De todos estos partidos, la base del Lointek Gernika guarda con especial cariño "el que jugamos hace dos años en la Eurocup contra el Galatasaray. Fue una pasada, parecía que en Maloste había 5.000 personas y, además, jugamos un partidazo".

Y es que Itzi Ariztimuño ha pasado de cero a cien con la misma rapidez que aplica a todo lo que hace en la pista. "Siento que todo ha ido muy rápido, pero que a la vez he tenido que trabajar mucho", reconoce una jugadora que también ha tenido tiempo para ser campeona de Europa U20 con la selección española. Es su quinta temporada ya en el conjunto gernikarra, donde su carácter siempre alegre y su esfuerzo han sido bien acogidos. "Mi trabajo es poner intensidad y velocidad al juego cada vez que salgo a la cancha", explica. Cree la bilbaina que "podría dar algún pasito más en ataque, pero sin obsesionarme". "Lo que tengo claro es que no puedo fallar en lo que hago bien", asegura sin dejar de recordar las dos virtudes que le han permitido llegar a donde está: "Humildad y sacrificio, no puedo cambiar".

En cierto modo, la progresión de Ariztimuño, ya asentada en la competición, ha ido de la mano de la del propio Lointek Gernika, que ha ido superando sus límites cada temporada. En estos cinco años, la jugadora de Bilbao ha conocido un montón de compañeras a las que ha tenido que hacer funcionar desde su posición de base. "Este año tenemos buen ambiente, como ha pasado siempre, y las jugadoras son muy trabajadoras. Siempre hay altibajos en una temporada y quizás esta nos ha costado coger el ritmo. Pero todas queremos ir a más y creo que poco a poco lo estamos consiguiendo. Espero que este parón nos sirva para descansar y volver con más ganas aún", comenta.

El reto es seguir escalando posiciones y, a la espera de que en enero arranque si es posible la Eurocup, meterse de nuevo en esas plazas de privilegio que cada vez están más caras en una Liga Femenina que sigue creciendo, pese a las dificultades provocadas por la pandemia. "Quitando los tres de arriba, en el resto hay mucha igualdad. Otros años a lo mejor estábamos dos o tres equipos peleando por la tercera o cuarta plaza, pero ahora hay un montón que quieren entrar en Copa y en playoff y se está poniendo complicado", destaca Ariztimuño, a quien el reconocimiento le llegó en un momento oportuno ya que hasta, nueva orden, los partidos se jugarán a puerta cerrada. "Es una pena porque nosotras notamos mucho el apoyo de la gente, pero ahora es importante que todos nos cuidemos y nos protejamos", recuerda.

En esa camiseta que le entregó Naiara Díez iba también quizás un relevo a medio plazo entre dos jugadoras que, sin ser de Gernika, han sido adoptadas como tales y han entendido perfectamente la idiosincrasia del club. "Uff, es hablar muy a largo plazo, todavía me queda mucho por delante, pero claro que me gustaría ser como Nai. Como capitana, está para todo y es esencial, importantísima, para el equipo. Es un papel que ella lo clava", afirma con admiración Itzi Ariztumuño, que también debería ser ejemplo e inspiración para las niñas de Bizkaia.