- Isabel Iturbe posa para la entrevista frente a la imagen de un Miribilla repleto, una circunstancia que va a tardar en repetirse. El martes ante el Pinar Karsiyaka habrá solo 400 espectadores, pero la presidenta del Bilbao Basket lo celebra ya que permite "recuperar la emoción de estar ahí y mantener viva a la afición".

No sé si este es un buen momento para presidir nada y menos un club deportivo.

—Siempre es un buen momento, pero desde luego es el momento en que me ha tocado. Ya me habría gustado empezar hace un año cuando todos estábamos disfrutando de la buena marcha del equipo. Ahora las señas de identidad se mantienen, pero hemos empezado con un calendario más complicado y con una plantilla medio nueva que necesita rodaje. Estamos convencidos de que iremos hacia arriba. Y en cuanto a lo económico, desde que llegué en 2014 siempre hemos sido un poco perro flaco y hemos tenido que manejar y gestionar situaciones muy complejas. Hemos tenido que hacer de policía malo para reducir presupuesto y ajustar lo que entra a lo que podemos gastar. Ahora estamos en una situación parecida, pero lo que me da más pena es que nuestra afición no pueda disfrutar de los partidos. Influye mucho en el aspecto emocional, incluso para los propios jugadores.

Es ahora mismo la única mujer que preside un club de la ACB. ¿Se siente en un medio hostil?

—No, en absoluto. Todo lo contrario. Hace unos días mandé una carta a todos los presidentes para presentarme y para mandarles ánimos en estos tiempos para todos los clubes, sobre todo los modestos, y me he encontrado con respuestas muy amables, no sé si por cortesía. Me siento bien aceptada, quizás porque ya llevaba un par de años ejerciendo la representación del club. Y me siento también muy bien acogida y rodeada por el consejo, que me animó a dar el paso.

¿Y qué puede aportar, qué contenido puede darle al cargo?

—Esta empresa se dedica al baloncesto y hemos tratado de poner por encima las noticias deportivas. Con la situación tan compleja que hemos pasado estos últimos años, aún hemos querido quedar más en segundo plano. Siempre decimos que queremos intensos en trabajo y poco intensos en exposición mediática. Pero yo soy muy accesible y puedo aportar la cercanía y la disponibilidad cuando me llaméis. Y después de unos años en la Fundación, puedo aportar en el aspecto más social del club porque el baloncesto es algo más, es una herramienta que nos acerca a un montón de colectivos. Soy fiel creyente en los valores que transmite este deporte y por cómo está diseñado ahora. Hace unos años estalló la burbuja inmobiliaria y el baloncesto lo acusó, pero ahora hemos sido capaces de crear un proyecto con un presupuesto mucho más modesto que es capaz de seguir generando emoción y creando afición. Creo que ahora podemos transmitir honestidad y trabajo.

Cuando presentaron el nuevo consejo se le atribuyó un perfil más empresarial. Pero eso ya se escuchó otras veces. ¿Qué tiene ahora de diferente?

—Es un consejo de dominicales, de gente que ha apostado y ha comprado acciones. Eso por un lado. Luego, ha entrado gente de diversos sectores y es muy plural: está representado el sector medioambiental, el sector de eventos, el económico-financiero, el fiscal, el social, el deportivo€ Es un consejo muy plural, algunos llevamos ya unos años trabajando en el club y, además, con distintas sensibilidades.

Ahora les toca afrontar un momento delicado, aún más por la crisis sanitaria que vivimos. ¿Cuánto tiempo se puede sostener el Bilbao Basket en este escenario pandémico?

—Nosotros hicimos un gran esfuerzo en años anteriores y el año pasado fue bueno en el sentido de lograr ese equilibrio entre entradas y salidas de dinero. Ahora ha llegado esta situación extrema que nadie esperaba y ha afectado a todos los sectores: al hostelero, al hotelero, al de turismo, al de eventos€ Y nosotros somos una empresa de eventos y claro que nos ha afectado, pero nosotros somos más porque somos capaces de llamar a nuestra afición y que responda. Va a ser este año porque esperemos que esto no dure más. Estoy convencida de que vamos a poder aguantar; con sufrimiento, pero saldremos adelante. Creo que no tenemos derecho a quejarnos porque hay muchos más damnificados. Hemos pedido el apoyo de los socios y la respuesta ha ido buenísima. Sentimos ese apoyo y lo agradecemos, aunque también somos conscientes de que hay mucha gente que lo está pasando muy mal. Por eso, agradecemos también a nuestros patrocinadores que nos van a permitir mantener casi los mismos ingresos por ese concepto.

¿Qué estimación de la campaña de abonos? Porque ese es el clavo ardiendo al que todos quieren agarrarse para ir tirando.

—La semana pasada completamos la domiciliación de los recibos y aún no sabemos cuántos han sido devueltos, pero creo que podemos llegar a un 50% o 60%, lo que creo que está muy bien dadas las circunstancias, porque luego están las compensaciones en las próximas temporadas. A problemas complejos, hay que poner soluciones sencillas, y en este caso le dimos muchas vueltas porque cuando llega la crisis te planteas el sentido de todo esto. Pero creo que hemos sido prácticos y claros en el mensaje. Igual había otras fórmulas, pero creo que hemos dado con la más adecuada.

El martes entrarán en Miribilla 400 espectadores que antes habían sido 600. Pero a efectos prácticos casi da lo mismo porque no es una situación sostenible.

—Está claro que ahora mismo el público no nos genera ingresos, pero el baloncesto son más factores, sobre todo el emocional, el de seguir manteniendo viva a la afición. Está pasando en el fútbol que ponen los partidos por la tele y la gente no presta atención. Si nos dejan que entren unos pocos, ya podremos generar la emoción de volver a estar ahí. Confiamos en pasar esta compleja temporada y que para la siguiente, aunque sabemos que los hábitos van a cambiar o tienen que hacerlo, ya podamos contar con un número normal de gente en los pabellones para que esto sea rentable. Nosotros vivimos de los ingresos de socios y entradas, de los patrocinadores y de la televisión. No hay otra fórmula de momento, aunque la estamos buscando.

¿Agradecerían en estos momentos tener unas normas comunes de actuación, no que cambien en función de la competición?

—Si fueran para ir a más, claro. Pero ahora es café para todos, al menos en los partidos de la Liga Endesa. Lo que no puede ser es sentirse afortunado por estar en una comunidad autónoma o en otra. Yo creo que es importante que se pueda abrir para comparar. Estamos dando palmas con las orejas por poder tener 400 espectadores el martes, queremos que haya alguien para poder comparar y que vean que no hay problemas en los accesos y que está todo controlado. No va a haber problemas con 400, ni con 600 ni con 2.000. Necesitamos un número para poder ir avanzando, aunque entiendo que las autoridades actúen a nivel sanitario como lo están haciendo en esta segunda ola. Pero creo que van a ver perfectamente que no somos un generador de contagio, todo lo contrario.

¿El nuevo formato de la Champions, con menos partidos, les genera un problema ya que con ella iban a compensar los no disfrutados la pasada temporada?

—Puede ser, pero es lo que hay. Habrá que compensar en temporadas siguientes. Tenemos claro que no podemos hacer nada que no nos dejen. Las normas sanitarias que tenemos ahora nos marcan unas obligaciones y queremos ser impecables en su respeto. Pero estamos ávidos y preparadísimos para ponernos a funcionar con los que nos dejen: con 600, con 500 o con 400.

Al tiempo, tener menos partidos europeos reduce el riesgo en los viajes, pero también merma la posibilidad de ingresos. ¿Sigue sin ser deficitaria?

—La Champions no es deficitaria para nosotros. La FIBA apuesta por hacer una competición fuerte y está cerrando acuerdos de patrocinio importantes. Estar en la BCL ahora mismo es beneficioso para los clubes. Hemos firmado un contrato condicionado a los méritos deportivos y confiamos en seguir estando en la competición los próximos años.

Otro asunto que no termina de estar claro es el del futuro del patrocinador principal. También sujeto a decisiones de las autoridades. Los otros clubes vascos han encontrado nuevos patrocinadores. ¿Para el Bilbao Basket sería posible, dado el caso?

—Este asunto está como está y de momento nadie nos ha dicho que tenemos que quitar Reta de la camiseta. Durante todos estos años ha sido un socio ideal, que se comprometió en tiempos muy complicados a firmar por diez años. En esto es como en lo anterior: no hay nada claro. Sabemos que puede llegar y estamos trabajando en otro tipo de ingresos y patrocinios, pero aún no henos podido dar ese paso. Reta está muy contento con nosotros y ese paso no se va a dar hasta que no esté claro que haya que darlo.

Los gastos del club ya están ajustados al máximo. Pero se puede hacer un equipo competitivo con mucho menos dinero. Y en eso el Bilbao Basket puede llevar la delantera a otros clubes que también tendrán que hacerlo si la situación actual se prolonga.

—Vamos ajustando los gastos hasta el mínimo viable, pero hay una línea roja que no puedes superar para que lo deportivo no se vaya al garete. Pero es difícil saber dónde está esa línea roja y por eso tenemos indicadores de control no al mes, sino casi cada quince días. Siempre tienes que guardar un remanente, prever cosas como la lesión de Rigo y lo que puede suponer. El año pasado tuvimos suerte, pero hay un trabajo diario en todos los sentidos, como el de Rafa Pueyo, que tiene que tener un sustituto previsto para cualquier puesto en cualquier momento.

Uno de los objetivos que se marcaron en hacer un Bilbao Basket más visible y expandirlo más allá del baloncesto.

—Repito que el baloncesto es un gran vehículo para captar recursos y crear proyectos a largo y a corto plazo con esos colectivos que he citado antes. Somos un colectivo muy plural y abierto al que hay que sacar brillo porque en la grada tenemos colectivos como familias, juventud y infancia que son muy atractivos a nivel social. Ahora tenemos una gran ayuda de la BBK para el proyecto de cantera, que con lo que podemos ofrecer tratamos de que llegue a gente de aquí y que se puedan ir incorporando cuando el entrenador lo demande. Luego tenemos el compromiso con las ONG en cada partido y el BBK Up con el que movemos a cerca de mil niños y niñas. Y no paso por alto el tema de la igualdad que para mí es muy importante y ya lo hemos comentado otras veces. De 13.000 licencias hasta los 18 años dos de cada tres son de niñas. Luego, lo dejan, pero en las edades de seis a ocho años es cuando hay que empoderarlas, cuando el baloncesto les puede permitir estar de tú a tú en equipos mixtos. En esas edades son esponjas y el baloncesto puede crear buenos hábitos y ayudar a tener una cabeza más ordenada. Yo presumo de haber jugado al baloncesto porque es un deporte que marca mucho.

"Hemos podido crear un proyecto modesto que es capaz de seguir generando emoción y creando afición"

"Claro que nos ha afectado, pero nosotros somos capaces de llamar a nuestra afición y que responda"

"En la campaña de abonos hemos querido ser prácticos y claros. Creo que hemos dado con la fórmula adecuada"

"Las autoridades van a ver perfectamente que no somos un generador de contagio, todo lo contrario"

"Reta ha sido estos años un socio ideal y de momento nadie ha dicho que tenemos que quitarlo de la camiseta"