Bilbao - El Bilbao Basket se dejó en Fontes do Sar su imbatibilidad en este arranque de curso de la Liga Endesa en un duelo agónico hasta el límite y resuelto tras dos prórrogas. Los de Álex Mumbrú jugaron a rachas. Dominaron las constantes vitales de la contienda hasta el descanso, sujetando los arreones triplistas del Monbus Obradoiro; sufrieron desde el tercer cuarto cuando el rival endureció sus engranajes defensivos y pese a verse siete puntos por debajo a diez minutos del final del tiempo reglamentario consiguieron forzar la prórroga con un triplazo de Arnoldas Kulboka. Amagaron los hombres de negro con resolver la contienda en el primer tiempo extra, con un 80-84 a 1:35 del bocinazo, pero un par de errores de Jonathan Rousselle dieron vida a los gallegos y la bandeja final de Ondrej Balvin acabó saliéndose. En la segunda prórroga, fueron los de Moncho Fernández los que lo tuvieron todo a su favor (94-89) con solo 1:44 por disputarse, pero los visitantes reaccionaron de la mano de Kulboka para llegar a tener balón para ganar. Con 98-96 y 13 segundos en el reloj, Jaylon Brown no acertó en su intento de bandeja, tampoco Ben Lammers en su desesperado palmeo a aro pasado en posición desequilibrada y el triunfo se quedó en tierras gallegas.

El Bilbao Basket trató de gobernar el partido de la mano del notable trabajo debajo del aro de Ondrej Balvin (30 de valoración con un peculiar triple-doble: 15 puntos, 12 rebotes, 10 faltas recibidas), las penetraciones de Jaylon Brown, que acabó con 23 puntos, y los triples de Kulboka (cinco aciertos de siete intentos), pero se desangró en otras facetas del juego, sobre todo en sus problemas para cerrar el rebote defensivo, permitiendo a su rival 22 capturas ofensivas y hasta 25 puntos en segundas oportunidades. Además, muchas de sus 18 pérdidas llegaron en momentos clave, desperdiciando situaciones favorables para dar carpetazo al asunto. Por contra, Obradoiro fue de menos a más, explotó las rachas triplistas de Fletcher Magee, que acabó con 25 puntos, fabricó situaciones favorables al poste para Vladimir Brodziansky y en los compases finales tuvo más acierto y también más fortuna.

Buen inicio No necesitó demasiado tiempo el Bilbao Basket para hacerse con el control del luminoso en el amanecer de la contienda. Fluido en ataque y serio en defensa, obligando al Obradoiro a jugar muy largo, los visitantes se estiraron hasta el 3-9 antes de que Kostas Vasileiadis saliera a escena para sujetar a los suyos con ocho puntos. Además, la efectividad de los ataques de los hombres de negro descendió varios enteros debido a un horrible 1 de 8 en triples y el primer acto acabó con un equilibrado 15-17. Con Sergio Rodríguez y Brown tirando de la segunda unidad, los visitantes volvieron a aumentar su renta hasta el 17-25, pero una antideportiva que los gallegos convirtieron en jugada de cuatro puntos enfrió los ánimos. Pero el Bilbao Basket siguió a lo suyo, con la seriedad por bandera. Brown anotaba tanto desde el perímetro como penetrando, Kulboka aportaba soluciones desde la larga distancia, Balvin acuchillaba desde los tiros libres y el 29-39 a 1:54 del descanso se convirtió en realidad. Los de Mumbrú parecían en disposición de alcanzar el ecuador con una renta tranquilizadora, pero tres triples seguidos del hasta entonces desaparecido Magee, el segundo tras pérdida de saque de fondo, desactivaron el intento de fuga.

El 38-41 con el que se reanudó la contienda favorecía aún a los visitantes, pero la tendencia del partido había cambiado. El Bilbao Basket arrancó con dos pérdidas, Calloway empató el duelo poco después y una canasta de Magee dio el control del luminoso al Obradoiro a 5:57 de la conclusión del tercer cuarto. Partido nuevo. El Obradoiro había endurecido sus engranajes defensivos y solo Brown encontró resquicios para anotar con solvencia. Por contra, en las filas locales Magee seguía haciendo mucho daño desde el perímetro, Kravic se activó en las distancias cortas, Daum encontraba petróleo en los balones con dueño incierto y el 64-57 a diez minutos del final colocaba un panorama oscuro para un Bilbao Basket desdibujado. Pero un parcial de 6-0 devolvió el equilibrio al luminoso, condenando al partido a un final agónico. El Obradoiro encontró constantemente ventajas de Brodziansky sobre su par al poste, Balvin respondió en la otra canasta y Kulboka desactivo con un triple el 73-70 para fabricar la primera prórroga. Entre el checo y Brown amagaron con cerrar el duelo con el 80-84 a 1:35 del final del tiempo extra, pero los rebotes ofensivos concedidos volvieron a pesar, Rousselle falló en la toma de decisiones, Brodziansky y Kostas equilibraron el duelo y Balvin falló en la bandeja final. En la segunda prórroga, un tres más uno de Magee dibujó un panorama que parecía imposible de remontar (94-89), pero entre Brown y Kulboka empataron a 96. Con 21 segundos en el reloj, Rigo hizo falta a Calloway, que no perdonó, y las dos opciones finales de los visitantes en busca de la tercera prórroga se estamparon en el aro.