bilbao - Cuando se ha visto los orejas al lobo, cuando se ha conocido la parte más amarga del baloncesto, la humildad debe ser una compañera de viaje obligada para el Bilbao Basket en la temporada de regreso a la Liga ACB que comenzará mañana ante el Iberostar Tenerife. “Debemos tener los pies en el suelo. No podemos pensar que somos el Bilbao Basket de hace tres años, el que llegaba de jugar la Euroliga y la Eurocup, sino que somos el Bilbao Basket que viene de la LEB”, advirtió ayer Álex Mumbrú, que debutará como técnico en la máxima categoría con una responsabilidad tan grande como la de la campaña anterior.

No se estrenará el Bilbao Basket como tal, pero tras el paréntesis en la LEB la mentalidad debe ser esa para el entrenador de los hombres de negro. “La ACB es la liga en la que merecemos estar, pero va a ser un año complicado y tenemos que afrontarlo con humildad, pero a la vez con ganas de disfrutar de nuevo de enfrentarnos a los grandes”, añadió Mumbrú, sabedor de que su equipo, probablemente, tendrá que pagar un peaje en las primeras jornadas ya que “solo tenemos tres jugadores que hayan estado en la ACB la pasada temporada” y, además, “tenemos cogidas muchas cosas con pinzas, como todos. Por eso, hay que tratar de adaptarse lo antes posible”.

Empezar ante el Iberostar Tenerife, “uno de los equipos a batir este año”, y después recibir al Valencia Basket en Miribilla que “nos ha apoyado en los momentos buenos y, sobre todo, en los malos y no nos va a fallar”, pone el listón muy alto desde el principio, pero Mumbrú espera, por encima de los primeros resultados, que su equipo “enseñe lo que queremos ser y cómo queremos estar en la cancha y demuestre que puede ser competitivo todo el año”. La pretemporada le ha dejado más o menos tranquilo en ese sentido ya que ha visto “un bloque comprometido, trabajador, con hambre y con ganas de hacer las cosas bien y demostrar su calidad”. Además, el Bilbao Basket ha dado en cada partido “un poco más”, aunque el margen de mejora es grande. “Aún no hemos podido entrenar ni un día con los doce jugadores”, recordó Álex Mumbrú.

sin excusas La plantilla está con ganas de empezar a competir y quitarse esa tensión que siempre se acumula cuando se acumulan los entrenamientos y se acerca la hora de la verdad. El grupo recibirá con los brazos abiertos a Balvin y Sulejmanovic, aunque ambos deben integrarse con cierta urgencia en la dinámica de sus compañeros. Rafa Martínez, que ejerce de capitán ante los medios, no quiere que esto sea “una excusa” porque a su juicio “hemos hecho un buen trabajo de pretemporada, de menos a más”. El veterano escolta catalán también ve un grupo un grupo “comprometido, de gente joven y con experiencia, y, sobre todo, con hambre de pelear para que el equipo salga ganando. Poco a poco iremos ajustando esos detalles que aún nos faltan”.

Martínez apuntó que en la Liga Endesa “es necesario que todo el mundo aporte para poder ser un equipo competitivo, dentro de nuestras posibilidades, que pueda competir contra cualquiera, ya sea en casa o fuera”. “Eso hará que tengamos una dinámica de equipo que nunca se rinde y, a partir de ahí, podremos luchar en cualquier sitio”, añadió. La primera cita llegará en Tenerife contra un equipo totalmente renovado y será importante “empezar con buenas sensaciones, tener las ideas claras y jugar un baloncesto fluido para meterles la presión a ellos”. No en vano, el conjunto de Txus Vidorreta es un equipo de muchos nombres, de jugadores contrastados en la liga, con unos objetivos muy ambiciosos, entrar entre los ocho primeros sí o sí y competir incluso por el título en la Champions League”. Pero Rafa Martínez aseguró que a estos equipos, como el mismo Valencia Basket el próximo domingo en Miribilla, “a veces es mejor pillarlos al inicio de temporada cuando aún se están construyendo”.

Construir es el verbo que quieren conjugar los hombres de negro sobre la base creada la pasada temporada cuando tuvo que manejarse lejos del lujo de la Liga Endesa. Ahora, de nuevo con los pies en el suelo y la intención de no caer en los mismos errores, emprende el mismo camino que hace quince años. Once de los dieciocho clubes que forman la competición son los mismos y, como entonces, el Bilbao Basket parte en el furgón de cola. De él dependerá mantenerse enganchado después de la última jornada.