SE acabó la racha positiva el día en que menos perjudicial podía ser. El Bilbao Basket volvió a perder después de seis victorias seguidas, pero la derrota del Oviedo por la mañana ante el Real Betis hacía que los hombres de negro mantuvieran la segunda plaza en solitario cualquiera que fuera el resultado en Granada. Y pasó que el Bilbao Basket perdió porque no jugó lo suficientemente bien para sumar fuera de casa y, probablemente, porque lo necesitaba menos que los locales, que rescataron de forma apurada la plaza en el play-off que habían perdido por los resultados de la jornada. De hecho, con el triunfo los nazaríes pasaron de décimos a quintos, o sea a depender de sí mismos para hacerse con el factor cancha.

El Granada perdía por cinco puntos cuando quedaban cuatro minutos, pero sus jugadores tuvieron la fe suficiente para aprovechar la catarata de errores del Bilbao Basket. Esta vez a Álex Mumbrú no le sirvió con hacer las mismas cosas que otros partidos en el tramo final. Jugar con los dos bases y Jaylon Brown no aportó nada porque no estaban claras las ideas, porque se supone que sí las piernas, y en los ataques que hubo para lograr una ventaja definitiva o casi el estadounidense perdió un balón en medio campo, luego el equipo consumió los 24 segundos sin lanzar a canasta y luego cometió una falta de ataque. Que Lammers fallara el último toque de dedos para la prórroga fue el justo castigo a un equipo que reincidió en errores repetitivos y que dan aún más mérito a la segunda posición que ocupa a dos jornadas del final.

Todo se resume en fallar demasiados tiros sencillos y en hacer concesiones defensivas en forma de faltas innecesarias o tiros libres regalados que penalizan en un partido jugado a marcador corto, como si fuera de play-off. Ayer se pareció a eso por lo que se jugaba el rival y porque, como la semana pasada, el choque se jugó con el barro por las rodillas. Cabe acordarse del 4 contra 1 que dilapidaron los bilbainos para abrir el último cuarto y de los triples abiertos y sin oposición que se fueron de nuevo por el sumidero. Tirar más veces que el rival fue inútil porque los porcentajes de lanzamiento fueron de nuevo muy bajos, sin que esta vez la defensa acudiera al rescate a tiempo.

excelente rigo Ocho lanzamientos de tres puntos metió el Bilbao Basket: uno desde el centro del campo, otro desde ocho metros y cuatro gracias a Tomeu Rigo, que quizás ayer también debió ser utilizado de otra manera. El escolta balear aportó eso que tan solicitado está en el baloncesto moderno: defensa y tiro de tres puntos. El más joven de la plantilla no se arrugó en un ambiente caliente, fue el único que estaba acertado en esos tiros que permitían romper la defensa granadina, pero jugó como si fuera a estar en cancha cinco minutos. Realmente, estuvo nueve porque se cargó de faltas a lo tonto, por una agresividad mal canalizada, y fue eliminado cuando estaba más inspirado y el equipo le estaba necesitando en ataque. De hecho, los once primeros puntos del último cuarto fueron suyos. A veces, los partidos ofrecen soluciones diferentes a los mismos problemas y hay que saber intuirlas.

La actuación de Rigo, el undécimo jugador de la rotación, fue la nota más positiva y sirvió para compensar otro mal partido del bloque exterior principal, ese que, en teoría, tiene que aparecer en esta fase de la temporada en su mejor versión y de forma regular si el Bilbao Basket quiere aspirar a la cota más alta. De todas formas, ha pasado una jornada más y todo quedaba como estaba en esa lucha por la segunda plaza cuyo valor es ahora mismo muy difuso. Puede ser un regalo envenenado, no en el play-off, sino más adelante. Todo dependerá de cómo se resuelva el atasco que hay a la espalda del conjunto vizcaino. Los empates múltiples van a tener una influencia determinante en las dos últimas jornadas porque quedan duelos directos y hay equipos que pueden ganar o perder dos o tres posiciones en función de quiénes sean sus compañeros de viaje.

Los hombres de negro esperarán acontecimientos sabiendo que dependen de sí mismos para mantener su puesto actual. Además, el próximo viernes recibirán en Miribilla al Canoe, el más modesto equipo de la LEB Oro que ayer se aseguró la permanencia. Por otro lado, el Araberri consumó su descenso a la LEB Plata por lo que las otras dos plazas de descenso se las disputarán el Cáceres y los dos filiales, el Barça Lassa y el CB Prat.