Cuando Ashleigh Barty decidió retirarse del tenis de forma inesperada tras imponerse en el Abierto de Australia, cedió el testigo como número 1 del mundo a Iga Swiatek. La polaca de 21 años lo está portando con todos los honores porque desde comienzos de febrero no ha perdido un partido y acumula 35 victorias consecutivas, algo que nadie lograba desde 2000, y seis títulos seguidos tras imponerse ayer a Cori Gauff en la final de Roland Garros en poco más de una hora: 6-1 y 6-3. La tenista de Varsovia suma su segundo triunfo en la tierra batida de París, que pudo disfrutar mucho más porque el anterior fue en 2020, en la frialdad de octubre, en plena pandemia y con las gradas de la Philippe Chatrier vacías.No hay tantas jugadoras que en la Era Open hayan ganado dos veces o más el Grand Slam de la tierra batida, solo diez (Margaret Court, Chris Evert, Martina Navratilova, Steffi Graf, Monica Seles, Arantxa Sánchez Vicario, Justine Henin, Serena Williams, María Sharapova y ahora Swiatek) y, de hecho, las últimas siete finales las han disputado doce jugadoras distintas. El tenis femenino es muy voluble, faltan ahora mismo rivalidades que eleven el interés y Swiatek dominó a Gauff de la misma manera que ha hecho con el resto de sus rivales en estos meses. La estadounidense de 18 años, que había llegado hasta su primera final grande sin ceder un set, se vio superada por el acontecimiento y pagó los nervios con el 4-0 inicial que le obligó a ir a remolque. "Siento una mezcla de orgullo y decepción", admitió la subcampeona, que no pudo evitar caer en lágrimas tras su derrota.

La polaca salió decidida a intimidar y ser agresiva y pronto, sin apenas provocar intercambios que dieran ritmo y confianza a su novata rival, se hizo con el primer set, lo que en una final de este estilo suele ser determinante. Gauff encontró un atisbo de esperanza en el inicio del segundo set cuando se colocó con 2-0 a favor, pero Swiatek se rehizo enseguida y puso la directa hacia la victoria con otros cinco juegos consecutivos. Un error de la tenista de Atlanta dio el trofeo a la indiscutible número 1 del mundo que corrió a celebrar la victoria con todo su equipo, algo que no pudo hacer hace dos años.

Iga Swiatek ha disputado nueve finales en su carrera en la WTA y las ha ganado todas, además sin perder ni un set. Si ella se lo propone puede ser esa jefa que el circuito femenino no tiene desde que Serena Williams desapareció del mapa, pero la polaca no parece tener ese carácter dominador y, al contrario, se hace querer. El hecho de que haya jugado todo el torneo con un lazo en su gorra con los colores de Ucrania y su mensaje a la población de ese país en el discurso de ganadora revela que sus inquietudes más allá de la pista. Al menos, ha podido lograr una racha que no consiguió Serena. "Siempre quise tener un récord y en tenis era algo muy difícil por la carrera de Serena. Siento que he hecho algo que nadie ha hecho. Obviamente, ganar un Grand Slam también es importante", comentó.

Su dominio de estos meses no le obliga a nada porque "siento que no tengo nada que demostrar", aseguró Iga Swiatek, que explicó que la razón de sus éxitos es que ahora sabe "cómo manejar estas emociones y trato de no estresarme ni analizar demasiado las cosas. Me siento más sólida que hace dos años cuando todo fue inesperado". "Ahora también soy más consciente de cómo es ganar un Grand Slam y lo que se necesita, cada aspecto del juego tiene que funcionar", añadió la campeona, que quiere tomarse un descanso antes de Wimbledon, donde llegará con todos los ojos puestos sobre ella. l

l Juventud. Swiatek es la cuarta jugadora más joven en ganar dos veces Roland Garros tras Monica Seles, Steffi Graf y Chris Evert.

l Racha. La polaca enlaza seis títulos: Doha, Indian Wells, Miami, Stuttgart, Roma y Roland Garros. Iguala a Justine Henin, que lo hizo en 2007 y 2008.

l Progresión. Cori Gauff se acerca tras esta final al Top 15 del mundo y hoy puede desquitarse en la final de dobles junto a Jessica Pegula.

35

victorias suma Swiatek desde que finalizó el Abierto de Australia.

"Me siento más sólida que hace dos años cuando todo fue bastante inesperado"

Doble campeona de Roland Garros