“Lo que nos costó ascender en tres días lo hemos logrado hacer en uno. Estamos bien y muy contentos con el trabajo realizado”. Así resume Alex Txikon la “dura” jornada de hoy, en la que han logrado ascender hasta los 6.600 metros en el Manaslu (8.163 metros). Todavía les quedan más de 1.500 metros de desnivel para alcanzar la cumbre de este ochomil, pero este viernes podrían atacarla. Parece que el tiempo les puede ser favorable y tratarán de montar el campamento 4 antes de la tarde de mañana. Si lo consiguen, el tiempo no cambia y se sienten con suficientes fuerzas, podrían intentar alcanzar la cumbre esa misma noche.

“Las condiciones de la montaña no son malas. Para hoy el parte meteorológico indicaba que podían caer 20 centímetros de nieve pero no ha nevado. De hecho, ahora está el cielo bastante claro. Tenemos instaladas tiendas a 5.700 metros, a 6.100 metros, y a 6.600, donde nos encontramos. La idea para mañana es salir muy pronto por la mañana, equipar un C4, descansar y, por la noche, si nos sentimos con suficientes fuerzas y tenemos todo a favor, salir hacia la cumbre. Veremos qué podemos hacer porque tenemos que ir analizando minuto a minuto la situación. A nada que el viento cambie, no podremos hacerlo”, ha explicado por radio el amigo de Txikon y compañero de expedición, Eneko Garamendi.

El pasado domingo, Txikon no pudo coronar el Manaslu debido a los rigores climatológicos. El montañero de Lemoa lanzó el asalto a la cima, pero "el viento y, sobre todo, la nieve" obligaron a la cordada a darse la vuelta. Los alpinistas soportaron rachas entre los 70 kilómetros por hora en los 6750 metros -el punto de partida- y los 100 en la cumbre. La expedición se felicitó por haber superado los 7.000 metros, puesto que, tal y como contaban en fechas previas, el objetivo "está siendo más complicado de lo esperado".