El Atlético de Madrid se ha convertido en el gran protagonista del último día de fichajes muy a su pesar, pues el Arsenal depositó en LaLiga de la cláusula de rescisión de 50 millones para llevarse al centrocampista Thomas Partey, una pieza fundamental en el engranaje del Cholo Simeone. La maniobra se veia venir, y a modo de consuelo, el club colchonero ha inscrito en LaLiga al medio centro internacional uruguayo Lucas Torreira, de 24 años, cedido por una temporada procedente del club londinense, en el que ha jugado los dos últimos años.

El Atletico recibe una importante inyección económica, que buena falta le hacía, y también cabe recordar que hace dos semanas reclutó a otro uruguayo, el delantero Luis Suárez casi gratis total.

Por defecto fueron también noticia otros dos clubes de campanillas, el Barcelona y el Valencia.

El club azulgrana aguardó hasta última hora conseguir dos fichajes acuciantes para su técnico, el holandés Ronald Koeman. Un central, y el elegido era el catalán Eric García, por quien el Manchester City solicitó 20 millones de euros, y el delantero neerlandés Memphis Depay, del Lyon, un capricho especial del técnico azulgrana, cuya operación no pudo salir adelante porque antes debía dejar hueco en el Barça otro delantero, Dembelé, sobre todo para liberar masa salarial, y el francés dijo que no, que su empeño es triunfar en el Camp Nou, con permiso de las lesiones.

Lo que sí ha hecho el club azulgrana es seguir soltando lastre, auque sea a coste cero. A la lista de Luis Suárez (Atlético), Arturo Vidal (Inter), Rakitic (Sevilla) y Nelson Semedo (Wolverhampton), aunque por el portugués sí ingresó 30 millones, más 10 en variables, se sumaron ayer Rafinha, que se va al PSG por tres millones en variables más el 35% de una venta posterior, y el central francés Todibo, cedido al Benfica por dos temporadas, a millón por curso, después de no aceptar una oferta de 18 millones proveniente del Fulham de la Premier.

El desánimo de Javi Gracia

Quizá el caso más sorprendente ha sido el delValencia, que no ha incorporado a ningún jugador. Ya se especula que su entrenador, el navarro Javi Gracia está madurando la posibilidad de presentar su dimisión ya que, al menos, le prometieron algún refuerzo y no ha llegado nadie. La propiedad, desde Singapur, argumenta que al no haber entrado en competiciones europeas y la crisis económica por la pandemia le obligaban a vender jugadores y a rebajar la masa salarial para ser sostenible.

Sin embargo el lunes, el presidente Anil Murthy aseguró que trabajaban en la incorporación de un central y un mediocentro. Los únicos refuerzos serán por tanto Toni Lato, Uros Racic, Jason Remeseiro y Álex Blanco, que se incorporaron al inicio de la pretemporada tras acabar sus cesiones de la pasada campaña, y algún canterano como Musah Yunus.

Mucho más activo ha estado el club en las salidas. La primera fue la de Ezequiel Garay, después llegaron las marchas de Dani Parejo y Francis Coquelin al Villarreal, la de Ferran Torres al Manchester City y la de Rodrigo Moreno al Leeds United. Pero a esas marchas se unió también Cristiano Piccini, cedido al Atalanta.

El signo de la austeridad

Lo cierto es que el mercado de fichajes más atípico y austero que se recuerda en LaLiga Santander por las estrecheces económicas provocadas por la pandemia del coronavirus, se vivió hasta el límite de las 23.59 horas de la noche de este lunes 5 de octubre, con muchos clubes apurando para las últimas operaciones.

El pase del uruguayo Luis Suárez del Barcelona al Atlético de Madrid, el intercambio entre Barcelona y Juventus con el serbio Miralem Pjanic por el brasileño Arthur Melo; la salida del galés Gareth Bale del Real Madrid al Tottenham inglés; o el retorno aal Estado de David Silva con la Real Sociedad, fueron lo más destacado antes del empujón final de ayer.

La covid-19 no sólo ha vaciado los estadios de aficionados sino también los bolsillos de la mayoría de los clubes, que han optado por dejar salir antes de entrar y propiciar fórmulas imaginativas como trueques o cesiones para reforzarse sin incurrir en graves atentados a la tesorería, en un mercado de plazo atípico, del 4 de agosto al 5 de octubre.

Una operación salida que parte de la cúspide de LaLiga Santander, ya que el vigente campeón, el Real Madrid, dejó salir a un gran número de jugadores, comenzando por Bale, cedido al Tottenham inglés al que también fue traspasado Sergio Reguilón, además de las ventas del colombiano James Rodríguez (Everton) y el marroquí Achraf Hakimi (Inter de Milán) o las cesiones de Takefusa Kubo (Villarreal), Brahim Díaz (Milán), Dani Ceballos (Arsenal) o Borja Mayoral (Roma).

Su técnico, Zinedine Zidane, en cambio tan solo recuperó de la Real Sociedad, dondeestaba cedido, al noruego Martin Odegaard.

El mercado italiano

La Serie A ‘saquea’ a LaLiga. El marroquí Achraf Hakimi y el chileno Arturo Vidal, fichados por el Inter de Milán, el español Álvaro Morata y el brasileño Arthur Melo, incorporados por el Juventus, y los también españoles Borja Mayoral y Brahim Díaz, que firmaron respectivamente con Roma y Milan, cambiaron la Liga por la Serie A en el mercado veraniego 2020 italiano, que se cerró oficialmente ayer.

En una sesión marcada por la crisis económica causada por la pandemia, los clubes italianos aprovecharon la “operación salida” del Real Madrid, el Barcelona o el Atlético Madrid para reforzar sus plantillas con jugadores de experiencia, recorrido internacional y, a la vez, precio más accesible con respecto a años pasados.

El nuevo Juventus de Andrea Pirlo lanzó la primera “bomba” de mercado al comienzo de la sesión veraniega al cerrar un trueque entre el bosnio Miralem Pjanic, que firmó con el Barcelona, y Arthur, y reforzó su delantera con la incorporación de Morata, procedente del Atlético Madrid. Tras los intentos fallidos para fichar al bosnio Edin Dzeko, quien finalmente se quedó en el Roma, y el uruguayo entonces del Barcelona Luis Suárez, quien no consiguió sacar el pasaporte italiano.