IKER Vicente (Otsagabia, 1997) apenas tiene 21 años, pero a nadie le sorprende que ya lo haya ganado casi todo en el mundo de la aizkora. Cuando se atrevió a coger un hacha por primera vez, lo hizo con la soltura que otorga pertenecer a una familia apasionada de este deporte. Y en cuanto partió su primer tronco demostró unas aptitudes que le harían llegar lejos. Así pues, este joven navarro fue quemando etapas con éxito y ascendió a Primera cuando cumplió la mayoría de edad, destrozando marcas de precocidad. El curso pasado ya avisaba de su potencial metiendo sustos a los aizkolaris más consagrados. Sin embargo, ha sido esta temporada la de su confirmación. Es el especialista del momento gracias a sus victorias en el Parejas, en la apuesta ante Arria V y su enorme triunfo en el Urrezko Aizkolariak. Este año, Vicente lo ha ganado casi todo y es ese casi el que le remueve para continuar creciendo. Porque el próximo domingo en el Labrit de Iruñea tiene ante sí el reto que le falta: calarse la txapela del Campeonato de Euskadi. “Ese es el objetivo principal de la temporada, es la competición que quiere ganar cualquier aizkolari y mi preparación ha ido pensaba para ese día. Es mi sueño desde que pequeño y voy a por la txapela”, reconoce este joven navarro.
Sin embargo, Vicente no lo tendrá fácil pues para ello deberá ganar al hombre que está marcando una época en el mundo del hacha: Ai-tzol Atutxa. El de Dima lleva cuatro txapelas consecutivas y su propósito el próximo domingo es calarse la quinta. Es el soberano de la aizkora en Bizkaia y el rey en Euskadi. Aunque ahora con la irrupción de Vicente deba pelear por su trono. “Aitzol es el campeón de ahora y, por eso, decir que soy favorito por haber ganado el individual del Urrezko Aizkolariak es decir mucho; pero iré con la intención de ganar. Aitzol hasta ahora ha ido arrasando con todo y es difícil ganarle a una persona con tanta experiencia y que está tan fuerte, pero lo intentaré”, admite Vicente. De hecho, el navarro es el único que parece poder arrebatarle la corona a Atutxa II y ya lleva varios años quedándose a las puertas de la txapela. Sin ir más lejos, la temporada pasada la victoria se le escapó por apenas 18 segundos. Una distancia tan exigua en este deporte que convirtió a esa final en la más ajustada de los tiempos modernos: “He soñado muchas veces con esos 18 segundos, he visto demasiadas veces el vídeo de esa prueba y he pensado muchísimo en lo cerca que estuve. Así que este año sé que Aitzol está muy fuerte y que será un campeonato bastante igualado, pero llego con ilusión. No vengo a hacer segundo, mi motivación es ganar”.
Vicente llega pisando fuerte y muchos hablan ya de un cambio de época. Sobre todo tras la contundente victoria que el joven navarro consiguió hace dos semanas en Basauri, cuando se impuso por tercera vez consecutiva en la Urrezko Aizkolari Txapeldunen Liga ante grandes nombres como Mikel Larrañaga y el propio Atutxa II.
Sin embargo, el de Otsagabia reconoce que esa victoria o incluso el posible triunfo en el Campeonato de Euskadi no supondría un cambio de monarca: “Aitzol es el aizkolari que ha ganado la mayoría o casi todas las txapelas de los últimos años, así que por ganar yo una no significa que sea el nuevo rey o que se haya destronado a Atutxa. Lo lógico es que ahora vengan años de mucha igualdad en los que algunas veces ganaré yo y otras ganará él. Estamos a la par y para destronarlo hace falta muchísimo trabajo, no veo por ningún lado nada que no sea muchísima igualdad”.
Juega en casa Junto a Iker Vicente y Aitzol Atutxa, en la final del Campeonato de Euskadi también estará Mikel Larrañaga, Joseba Otaegi, Eneko Otaño e Iñaki Azurmendi. Aunque todo parece indicar que, salvo invitado inesperado, la fiesta por la txapela estará protagonizada por los dos primeros. Y, en esa pugna, Vicente parte con la pequeña ventaja de disputarla como local. “Se juega en Iruñea y eso para mí es como jugar en casa, así que voy con la ilusión de hacer un buen trabajo porque vendrá un montón de gente de Otsagabia, cercana a mí. Siendo en Navarra para mí es especial y a ver si es mi primera txapela”, concluye Vicente.