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El perro y sus pulgas

EL BILBAO BASKET, | CON LA AUSENCIA A ÚLTIMA HORA DE PERE TOMÀS, cede en el derbi ante el bASKONIA TRAS RESISTIR 25 MINUTOS Y ACUSAR SU DEBILIDAD CUANDO LOS LOCALES SUBIERON EL RITMO

El perro y sus pulgasJosu Chavarri

bilbao - La anual visita al Buesa Arena terminó como tantas otras y como se esperaba antes de la undécima jornada de la Liga Endesa. El Bilbao Basket perdió ante el Baskonia y sumó su quinta derrota seguida en la competición después de mostrar de nuevo esa tendencia a la fragilidad y al escapismo que caracteriza sus prestaciones de esta temporada. El equipo de Veljko Mrsic es ahora mismo un perro flaco al que le acechan todas las pulgas y ayer tuvo que jugar en el Buesa Arena sin Pere Tomàs, ausencia de última hora por una lesión en el gemelo, la misma que tiene de baja a Jonathan Tabu. Sin el balear y el belga, dos jugadores que elevan el nivel físico de la plantilla y que harán falta para compromisos más importantes, el Bilbao Basket se encontró con una rotación bajo mínimos que no pudo mantener el tono cuando los baskonistas, que suman cinco triunfos consecutivos, elevaron la exigencia del partido y subieron líneas en defensa.

Los hombres de negro comenzaron bien de la mano de un Ricardo Fischer que leyó bien las opciones de ataque, prolongaron la igualdad hasta después del descanso con ataques largos, pero la gasolina se les agotó después de que un triple de Álex Mumbrú colocara el 53-49 a 4.44 del final del tercer cuarto. Un parcial de 14-4 de ahí al final de este parcial rompió definitivamente el derbi e hizo aflorar de nuevo la cara más negativa del Bilbao Basket, que ya se vio condenado a un final sin emoción en el que quedaron de manifiesto esos males que amenazan con convertirse en endémicos, por más que el nuevo entrenador se empeñe en hacérselo ver a sus jugadores con mucha vehemencia y una política de palo y zanahoria.

Sin Tomàs, Mrsic decidió colocar a Mumbrú como tres titular y lo cierto es que el Bilbao Basket ofreció una imagen esperanzadora, sosteniendo el pulso con un Baskonia que tampoco salió a tope porque sabía que su momento iba a llegar. En busca de reducir las cifras de puntos encajados, el técnico de Split decidió colocar a su equipo en defensas zonales, sobre todo en situaciones de saques de fondo o banda de los gasteiztarras, pero sin ningún resultado. Los de Pedro Martínez encontraron muchos tiros sin oposición que, claro, anotaron con un porcentaje por encima del 50% que invalidaba la propuesta visitante. Lució sobre todo el estadounidense Matt Janning, con seis aciertos en siete lanzamientos, pero la propuesta más conservadora del Bilbao Basket facilitó el camino al Baskonia.

Los vizcainos trabajaban bien en el rebote y con un buen movimiento del balón encontraban buenas posiciones de tiro para mantener la igualdad hasta el 29-29. Pero entonces aparecieron esas pérdidas que sientan como puñaladas y cuatro errores consecutivos en primera línea abrieron el campo al Baskonia y provocaron un parcial adverso de 9-0 que abrió la primera brecha importante en el marcador (38-29). El trabajo había sido bueno hasta entonces, pero siempre ocurre algo que lo arruina y el Bilbao Basket, con la escasa fe que le acompaña ahora mismo, tenía que remar de nuevo tras el descanso.

triples y rebote Janning seguía metiendo triples, pero Mumbrú respondía y Gladness ponía el espectáculo dentro de la zona. Sin embargo, la batalla del rebote ya se había decantado claramente del lado local y los errores en el lanzamiento de los hombres de negro ya no tenían una segunda oportunidad. El Baskonia empezó a lanzar transiciones, a poner el balón en las esquinas y las endebles ayudas de la defensa del Bilbao Basket saltaron por los aires, ya no llegaban a ninguna parte.

Devin Thomas y Vasilije Vucetic apenas aportaron en el relevo de Mickell Gladness, Redivo y Todorovic están ahora en la fase de ganarse la confianza del entrenador y el orgullo de Mumbrú, metido en algún rifirrafe innecesario con Kevin Jones, en una cancha hostil encontró poco compañía. Los gasteiztarras enfilaron hacia una victoria sin más complicaciones porque ya anotaban en todas las posiciones y en apenas cinco minutos abrieron una renta de 20 puntos (80-60) que obligó a Veljko Mrsic a parar el partido para que sus jugadores no se dejaran ir.

No se trataba de ganar, sino de evitar una derrota que pudiera suponer aún más daño a la delicada moral de la tropa de Miribilla. Pero el Baskonia no hizo regalos porque su afición no lo habría consentido y colocó el +23 en otra nueva victoria en los derbis del Buesa Arena, que últimamente suponen un reto imposible para sus vecinos.

El Bilbao Basket pasó página pronto y rescató aquellos minutos en los que la diferencia entre ambos no pareció tanta, pero lo cierto es que desde la llegada del nuevo entrenador no ha conseguido ganar. Quizás la oportunidad llegue el miércoles ante el Partizan, en un duelo de escasa trascendencia para ambos, porque los hombres de negro tienen que sacarse de encima cuanto antes la negatividad que les acompaña, esa sensación de que de una semanas para aquí todo se ha vuelto en contra. Ahora que hace falta un impulso anímico llegan las lesiones para sumar problemas y complicar aún más las cosas. Veljko Mrsic va a tener que hilar muy fino para sacar aquello que pretende del grupo y encontrar la luz al final del túnel. Con la derrota de ayer se contaba, pero los partidos van pasando y la reacción no llega.