entusiasmo, ganas, pasión, fuerza... Estos son algunos de los adjetivos que describen la personalidad de la recientemente proclamada campeona de España de ultrafondo. Tras lograr el pasado año el título estatal, Ziortza Villa (Bilbao, 1983) asumió el desafío de prepararse exhaustivamente para superar su marca. Así, en la edición de 2017 consiguió materializar su hazaña: una carrera de 24 horas pedaleando sin descanso para completar el máximo número de kilómetros posible en el circuito valenciano de Cheste. De esta manera, la ciclista, que trabaja en el Hospital de Cruces como fisioterapeuta, revalidó su título, que se suma a la Copa de España conquistada meses atrás. Sin embargo, la prueba no fue empresa fácil. Villa tuvo que convivir con unos problemas en su bicicleta en el último tramo de la carrera aunque finalmente consiguió subir a los más alto del podio y batir sus propias expectativas. “Mi objetivo era superar los 720 kilómetros y llegué a los 740, teniendo en cuenta el tiempo perdido por culpa del fallo mecánico, fue un resultado satisfactorio”, explica la corredora. Gracias a sus excelentes resultados, Villa viajará a Estados Unidos para competir por primera vez en el campeonato del mundo que se disputará entre el 3 y el 4 de noviembre en California.
Durante este año, la ciclista se ha preparado para una prueba que afrontaba con la intención de ganar y superarse, para ello, creó un equipo a principio de temporada con el fin de exprimir su rendimiento. “El año pasado fui a probar y completé 656 kilómetros; este, en cambio, he realizado una preparación específica y he contado con la ayuda de un equipo multidisciplinar”, narra Villa. A la hora de entrenar, esta bilbaina de 34 años ha repartido las sesiones en diferentes días con el fin de adaptarse a un esfuerzo prolongado: “Se deben acumular cargas de trabajo durante varias jornadas, no es viable entrenar 20 horas seguidas”.
No hace falta rebobinar demasiado para remontarse a los inicios de Ziortza en la bicicleta. La ultrafondista vizcaina proviene de un deporte de lo más exigente, como es la natación. “La bici llegó tarde a mi vida, pero llegó muy fuerte. No lo busqué, tan solo llegó a mí de manera fortuita. Yo soy una deportista de fondo y siempre lo he sido, por eso, al final lo que he hecho ha sido adaptar mi condición física a un deporte distinto. El empezar de cero te da una perspectiva mucho más real, te hace esforzarte más y creo que esa dosis de ilusión con la que partes te empuja a evolucionar”, relata. Una vez que se adentró en el mundo de las dos ruedas, el equipo ciclista Bizkaia-Durango puso el ojo en sus virtudes. Tras correr con el conjunto de Durango, Villa decidió cambiar de rumbo hacia el ciclismo de ultradistancia: “Siempre me sentí más cómoda en distancias largas. Por mi físico, comienzo a encontrarme bien cuando pasan unas horas y desde que empecé en este deporte siempre lo supe”.
Para afrontar una carrera de 24 horas, la deportista reconoce que la preparación psicológica resulta esencial y desvela que su truco es marcarse pequeños objetivos a lo largo de la prueba. Además, afirma que es importante confiar en la preparación previamente realizada. Sin embargo, y pese a sus increíbles resultados, la ultrafondista ve imposible centrarse exclusivamente en el ciclismo y reconoce las dificultades con las que debe lidiar para compaginar el deporte de élite con su profesión, que es lo que, al fin y al cabo, le reporta los ingresos: “Yo soy fisioterapeuta por vocación y disfruto con mi trabajo, pero es cierto que resulta complicado compaginar la vida laboral, con la personal y con la bici”. A pesar de las dificultades, Ziortza Villa se arma de ilusión y entusiasmo para afrontar los retos que le depare el futuro: “Yo siempre lo digo, cada meta es un nuevo principio. Ahora vamos a centrarnos en coger fuerzas para ir fuerte al Mundial en California. De cara al futuro lejano, tengo claro que habrá un momento en el que tenga que dejar la competición, pero seguiré subida a la bicicleta”.
igualdad El ciclismo femenino disfruta en la actualidad, según indica Villa, de un estado de salud más favorable que en el pasado: “Las condiciones han mejorado mucho. Por eso soy muy positiva cuando hablo de la igualdad de género, porque a veces nos centramos mucho en todo lo que queda por avanzar y nos olvidamos de que hace 20 años era raro ver a una chica en bici”. No obstante, tal como atestigua la corredora, a día de hoy es imposible imaginar en España una ciclista de ultrafondo capaz de vivir de su disciplina. “Necesitamos más visibilidad, que todos los deportes lleguen al público y que la igualdad de género esté presente en el deporte. Para que esas niñas lleguen a la élite es necesario que puedan ver ciclismo femenino en la televisión”, concluye la bilbaina, optimista y esperanzada con el porvenir de las féminas en el mundo del ciclismo de larga distancia.