bilbao - La semana pasada saltó la noticia. Jorge Dueñas (Bilbao, 1962) será el nuevo seleccionador de Brasil. Lo hará dentro de unas semanas, cuando acabe su compromiso con la selección estatal junior, con la que disputará el Campeonato de Europa de Eslovenia. Esa será su primera y última cita importante con las pequeñas guerreras antes de ponerse al frente de un combinado canarinho que tendrá que disputar el Panamericano -del 18 al 25 de este mes- sin el técnico vizcaino.

¿Cómo vivirá el Europeo sabiendo que es el último torneo con la selección junior?

-Pues con total ilusión por hacer un buen resultado. Con ganas y motivación, como siempre, porque sino estás motivado, no merece la pena seguir. Cuando me comprometí con Brasil les expliqué que iba a afrontar esta competición con las junior porque era la culminación a todo el trabajo que había estado haciendo en los últimos tiempos y no era lógico dejarles ahora colgados. De hecho, en Brasil querían que me incorporara antes del Panamericano, pero entendieron la situación.

Tras Arrate, Zuazo y la selección estatal, Brasil será su primera experiencia fuera. ¿Cómo lo afronta?

-Brasil es un desafío muy importante. Es todo un reto y con un recorrido bonito, con todo el ciclo olímpico hasta Tokio. Entiendo que voy a entrenar y dirigir al balonmano brasileño, un balonmano reconocido mundialmente. Han sido campeonas del Mundo en 2013 y continúan con el reto que supone intentar mantener el nivel tan alto de los últimos años.

Desde que acabó su carrera con ‘las guerreras’, ha tenido bastantes novias. ¿Por qué se decantó por Brasil?

-Primero, porque es una selección de máximo nivel contrastado, lo que es atractivo para cualquiera. Segundo, porque me permite seguir viviendo en Bilbao y estar con la familia, porque un club te exige vivir fuera. Y, por último, porque es un reto a medio-largo plazo pensando en los Juegos, un ciclo que todavía tiene mucho recorrido. Y tengo el trabajo y la motivación de poder hacer algo bonito.

¿Y qué objetivos se fija?

-Voy a intentar implantar la filosofía de balonmano que yo entiendo. Intentar dejar un legado. Y, claro, conseguir los mejores resultados, porque para eso trabajamos.

¿Y qué objetivos le han puesto desde la Federación Brasileña?

-Ellos lo que priorizan es estar en Tokio y entiendo que ese tiene que ser el objetivo final: llegar a los Juegos y hacerlo en las mejores condiciones posibles. Pero antes, el primer paso es en Panamericano. Yo no voy a estar por mis compromisos con la selección junior, pero allí es donde se consigue la plaza para el Mundial de Alemania. Espero que las cosas fluyan aunque ese Mundial nos va a llegar demasiado pronto como para poder haber implantado ya la filosofía de juego que más se adapta a mí.

¿Entonces?

-A partir de ese Mundial, el trabajo tiene que ir enfocado al Panamericano de 2019, en Perú, que es el clasificatorio para Tokio. Ese recorrido tiene que estar hecho meticulosamente para llegar a los Juegos con un equipo más compensado y con ciertas renovaciones.

Habla de renovaciones porque se ha encontrado una selección brasileña en el mismo momento que la española, en plena transición.

-Las renovaciones suelen ser habituales después de un año olímpico. Y en Brasil la idea es más o menos igual a la que había en España, mantener la columna vertebral que tanto ha conseguido para ir introduciendo jugadoras jóvenes y con alto nivel para que vayan acumulando minutos, experiencia y vayan creciendo.

¿Cree que con Brasil puede optar a aspiraciones más altas que con España?

-No, son selecciones diferentes pero con un nivel similar. Va a depender mucho poder acertar con las jugadoras o con implantar el modelo de juego adecuado a ellas e intentar llegar a las fechas importantes en las mejores condiciones posibles.

¿Veremos semejanzas entre ‘las guerreras’ y Brasil?

-Mi idea es, desde luego, implantar mi forma de jugar. Pero es cierto que Brasil tiene una forma de jugar muy característica y diferente, entonces vamos a tener que adaptarnos todos. Voy a intentar que me entiendan, pero voy a respetar mucho su forma de ser. Hay que tener claro que una revolución no puede reproducirse de la noche a la mañana, es un proceso que lleva tiempo.

¿Cómo está viendo a la España de Carlos Viver?

-Su cambio podemos decir que han sido prácticamente dos jugadores: Jennifer Gutiérrez y Ana González. Pero las demás han estado conmigo. Y es normal, el cambio tiene que ser progresivo. Es la línea que veníamos trabajando en los últimos años y supongo que es la línea que quieren mantener en el futuro: introducir poco a poco jugadoras nuevas para que el cambio no sea muy brusco.

Usted siempre ha estado muy ligado al Zuazo ¿Cómo vivió su no clasificación para la Challenge Cup después de estar toda la temporada en posición europea?

-Lo lamenté mucho porque es un club al que tengo mucho aprecio, he coincidido con muchas de sus jugadoras. Ha sido una decepción importante para el Zuazo porque ya había vivido lo que es Europa y tenía unas ganas terribles de repetir. Les ha faltado el remate final pero han hecho un gran temporada. Ahora están esperando a ver si pueden conseguir plaza porque la Federación Española ha realizado una solicitud para que les otorguen más plazas europeas.

Pero eso sigue en el aire, ¿no?

-Sí. Falta la respuesta de la EHF a la solicitud, pero si el Zuazo consigue plaza será bueno porque el crecimiento de las jugadoras y el club viene por las competiciones que se juegan y Europa es importante.