CASTRO y Astillero vivieron la Bandera de La Concha de 2006 con el cuchillo entre los dientes. Una batalla entre las potencias cántabras, Pedreña era el tercer contendiente, que iba a exigir lo máximo a cada uno de los remeros. La mar estaba en perfectas condiciones y los botes salieron dispuestos a dejarse la piel. Solo podía ganar uno y para ello debía rozar la perfección, hacer una regata sobresaliente, nunca antes vista. Y así fue. La embarcación castreña lo bordó desde el principio hasta el final. Primero, supo mantener el ritmo de Astillero, clavó la ciaboga para salir a toda máquina de ella y cogió una ola que le impulsó hacia la meta a la hora de volver. Victoria y récord. 18:59,94. Era la primera vez que alguien lograba bajar de los 19 minutos. Todo un hito en la Olimpiada del remo. Cristian Garma fue el patrón de La Marinera y los remeros fueron: Elortegi, Etxabe, Mujika, Carrión, Arrizabalaga, Prego, Esteban, Banica, Zabala, Portularrume, Olazar, Vilariño y Millares.
Garma, en aquel entonces con solo 23 años, todavía recuerda con emoción lo vivido esa jornada, un día especial en el que hizo historia: “Me vienen muchos recuerdos a la cabeza. Fue la primera que gané y para mí fue muy especial. Remaba con la trainera de casa y además el entrenador confió en mí y me dio la máxima responsabilidad. Fue un colofón”. A pesar de eso, nada más ganar, el patrón castreño no valoró exactamente lo que había conseguido. En caliente la alegría era máxima, pero el hecho de haber logrado algo por lo que todo remero sueña, todavía no entraba dentro de la cabeza de Garma. “Había pasado una semana del récord y cuando me preguntaban por lo sucedido, yo todavía no asimilaba lo que había pasado. Los más veteranos nos preguntaron a los jóvenes a ver si éramos conscientes de lo que habíamos hecho ese día”, recuerda.
Castro consiguió esta marca tras una dura batalla con Astillero, pero no fue hasta que cruzaron la meta cuando empezó a oírse la palabra récord. “El mejor tiempo no sabíamos ni cuál era. Lo que sí sabíamos fue que teníamos la bandera en la mano y, con la miel en los labios, lo dimos todo. Al ganar, cuando nos dijeron que encima habíamos batido el récord, el sabor fue todavía más dulce. La regata fue muy dura y eso nos hizo batirlo”, cuenta Garma. Además de eso, las condiciones de la mar fueron las adecuadas para mejorarlo y el patrón castreño reconoce que aparte de sus méritos, la climatología también les echó un cable muy importante: “Se dieron unas circunstancias de tiempo que va a ser muy difícil que se vuelvan a repetir y nosotros acertamos. Creo que va a ser muy complicado que alguien lo supere en mucho tiempo. El de las dos jornadas era más sencillo, tanto que Urdaibai lo batió el año pasado, pero el de una será más complicado”.
similitudes con la de este año Garma ve muchas similitudes entre la Bandera de La Concha de 2006 y la que se decidirá este domingo. Con dos traineras a grandísimo nivel y luchando a cara de perro por llevarse la victoria. “Va a haber una pelea muy dura y va a ser similar a la nuestra. Será una lucha entre Hondarribia y Urdaibai y otra entre Orio y Kaiku”, opina el patrón castreño, que tiene a su favorito: “A Onyarbi se le ve con más soltura a la hora de remar que a Bermeo. Aun así, está claro que ninguno se puede descuidar porque el que se despiste perderá la bandera”.