Bilbao - Tenía claro el Bilbao Basket antes de poner rumbo a tierras catalanas que iba a ser imprescindible mantener cuarenta minutos de concentración y fortaleza defensiva para opositar a la victoria en el Olimpic de Badalona, no fue capaz de conseguirlo y se vio obligado a hincar la rodilla ante el enérgico Fiatc Joventut tras perder la verticalidad en un segundo cuarto en el que el conjunto de Salva Maldonado hizo trizas la retaguardia de los hombres de negro para fabricar un colchón superior a los diez puntos que supo mantener a la perfección en la segunda mitad, que fue un constante querer y no poder para los de Sito Alonso. En ese fatídico segundo parcial, los visitantes encajaron 31 puntos, algo que ante un rival tan efervescente como la Penya, sólido en defensa y acertado a la hora de leer las vías de anotación, se paga caro. El posterior rearme de la zaga no fue suficiente para lograr la voltereta, pues los verdinegros encontraron una respuesta en forma de triple o canasta de dos más uno cuando su rival, que además se dejó por el camino contraataques claros como los tres del tercer cuarto, amagó con ponerse en distancia de remontada. Y en los minutos finales, cuando el Bilbao Basket se vio quince puntos por detrás (80-65) para acercarse a cuatro (80-76) en un abrir y cerrar de ojos, surgió la figura de Tariq Kirksay para devolver las aguas a su cauce.

Compareció el conjunto vizcaino tan centrado en entorpecer la capacidad de fusilar desde la larga distancia de su rival que en muchas fases del duelo descuidó las vías de penetración hacia su aro, por donde su colaron los verdinegros con bastante facilidad, sobre todo en la primera mitad, y al final los triples no tuvieron gran incidencia en el devenir de la contienda, pues ambos bandos tiraron 25 para convertir siete. Donde sí que hubo diferencias fue en los viajes a la línea de tiros libres, desde donde el Joventut lanzó en 28 ocasiones para meter 22, mientras que los hombres de negro se quedaron en ocho de trece.

Y eso que le cogió bien el aire el Bilbao Basket al partido en sus primeros compases. Suyas fueron las primeras rentas, con posibilidad incluso de fabricar un interesante colchón a partir del 4-9, pero un par de pérdidas de balón de Colom evitaron el despegue y sacaron al equipo de su hasta entonces superior lectura del choque. Con los dos equipos notablemente plantados en cancha, el duelo se movió en márgenes estrechos durante todo el cuarto inicial, siendo los vizcainos los que lo acabaron en ventaja (20-22) merced a la brillante aportación de Raúl López en la faceta atacante. Un triple de Wragge en el amanecer del segundo cuarto volvió a conceder una ventaja de cinco puntos a los de Sito Alonso, pero el cuadro verdinegro se rehizo aprovechando las carencias de la defensa vizcaina, explotando una y otra vez situaciones de bloqueo y continuación de Hannah y Savané para que el pívot finalizara con canastas cómodas sin que el Bilbao Basket fuera capaz de frenarlas o al menos entorpecerlas. Así las cosas, el Joventut no solo recuperó el mando del luminoso, sino que de la mano de Suárez comenzó a fluir en ataque y a conseguir bandejas sencillas ante una defensa bilbaina especialmente pendiente del triple que dejaba demasiados agujeros en las distancias cortas y medias. Estos problemas atrás, los constantes dos más uno concedidos y los problemas a la hora de cerrar el rebote defensivo hicieron que los de Maldonado alcanzaran el ecuador de la contienda con un contundente 51-40 ante un Bilbao Basket que además tenía a Hervelle y Marko Todorovic con tres faltas.

Rearme defensivo En la reanudación, el Bilbao Basket corrigió varias de sus vías de agua para tratar de opositar a la remontada, pero esta vez le faltó clarividencia y tino en la parcela atacante para acercarse en el marcador. Hervelle y Marko cerraron la sangría del rebote pese a la carga de personales, la energía defensiva subió varios enteros... pero los problemas se mudaron a la otra canasta, con hasta tres claros contraataques de los que no se sacó absolutamente nada. Por su parte, el Joventut siguió a lo suyo y cada vez que su rival se colocó a ocho puntos respondió magníficamente ya fuera con un triple (Hannah, Kirksay, Vidal...) o una canasta de dos más uno. El esfuerzo de los hombres de negro en el tercer cuarto no sirvió para restar nada en su desventaja y a los diez minutos finales se llegó con un adverso 70-59. Los verdinegros seguían controlando la situación sin mayores sobresaltos y encontraron el definitivo sello para su pasaporte victorioso cuando los árbitros castigaron con técnica (posteriormente le cayó otra al banquillo) a Mumbrú por abrir demasiado la pierna en un intento de triple. Vidal colocó el 80-65 a tres minutos del final y entonces, con todo perdido, el Bilbao Basket, que nunca bajó los brazos, se lanzó a la desesperada a por el más difícil todavía. No estuvo lejos de lograrlo y en un abrir y cerrar de ojos conectó un parcial de 0-11 (80-76), pero ya dentro del minuto final Kirksay salió al rescate de los suyos para cerrar un resultado que deja al Joventut rozando la Copa, meta para la que los de Sito Alonso todavía tienen trabajo que hacer.