nO es el remo un deporte fácil para imberbes jovenzuelos y promesas con talento. En las bancadas se valora y se cotiza la experiencia. Los equipos punteros están plagados de remeros con el trasero curtido a lo largo de muchos años bogando, de horas, días y semanas de trabajo extenuante. Un ejemplo de ello está en la popa de la Bizkaitarra, donde José Luis Korta ha confiado el ritmo de la remada a Carlos Rodríguez y Benito San Martín. Con 41 y 39 años respectivamente, las han vivido de todos los colores en el remo. En la semana que se decide la bandera más prestigiosa del verano ambos disertan sobre lo sufrido el pasado domingo y sobre cómo sobrevive su castigado pellejo a los rigores del remo.

Carlos Rodríguez es bombero en Santander, su ciudad natal, lo cual le ha ayudado a mantenerse en forma para el remo. No parece que le haya afectado la crisis de los cuarenta, pero reconoce que los años empiezan a ser un lastre: “Encontrar, te encuentras bien, si no no estarías en un equipo puntero. Lo que pasa es que con los años cada vez se hacen más largas las temporadas”. La idea de retirarse lleva años apareciendo por su mente, pero parece que este puede ser su último verano: “Llevo ya siete u ocho años diciendo que lo dejo, pero lo voy alargando. Piensas que has hecho una buena temporada y que puedes hacer otra más, o que te ha salido un año malo y que no quieres dejarlo así. No me he fijado una fecha, pero creo que es mejor dejarlo ahora que me encuentro bien. Creo que es mejor irme yo antes de que me echen. Así que este año hablaré con la familia y puede que estemos muy cerca de que sea realmente el último año en el remo”.

Su compañero Benito, de 39 años, también parece que está dispuesto a dar el paso dentro de quince días: “Llevo ya unos meses meditándolo y lo más seguro es que este sea mi último año. Empiezo a notar que las pruebas físicas ya no dan unos resultados ascendentes. Se estabilizan e incluso bajan. Luego puede que descanse después de la temporada y me entre el gusanillo entre que te convencen un poco por una cosa o por otra? Pero están la mujer y los hijos, que te reclaman bastante más”.

San Martín ha regresado a Kaiku después de un episodio amargo en Zierbena, club en el que se formó. Mira atrás y asegura que todos estos años no ha sucumbido a la tentación de dejarlo por el hambre de títulos: “La motivación la sacas sobre todo de los resultados. En los años que he estado en Kaiku los triunfos te motivaban. De un año a otro estabas de vacaciones y deseabas estar ya en la siguiente temporada. Sí se nota también el desgaste de estar arriba y, sobre todo, la edad. Las que cantan son las pruebas físicas. Las lesiones son cada vez más largas, tardas más en recuperar y te tienes que cuidar más”. A pesar de todo, Benito se siente mejor remero que cuando tenía 25 años, sobre todo por la capacidad de leer mejor las regatas: “Miras atrás y ves que en aquellos años ponías rabia y antes de la regata tenías unos nervios que parecía que te ibas a comer todo. Luego estabas en la salida y parecía que perdías un poco el control y que ibas a ciegas. En cambio, con la edad, sabes contener los nervios. Sabes lo que vas a hacer, lo tienes todo calculado, dosificas y dominas mejor la situación”. Carlos Rodríguez le da la razón: “Con 25 años ibas a la regata, dabas un minuto y desaparecías. Luego volvías? Ahora eres más regular, mucho más constante, el barco lo sientes mucho mejor? Igual no eres mejor que cuando tenías 35 o 36 años, pero sí mucho mejor que cuando tenías 25”.

“se puede ganar” A Carlos Rodríguez le gustó el primer largo de Kaiku del pasado domingo. “Llegamos vivos a la ciaboga, pero luego, en los momentos claves en los que siempre hemos estado muy bien durante la temporada, fallamos un pelín”, explica, “tuvimos dos o tres minutos en los que no conseguimos darles caza. No asentamos la remada, no supimos leer bien la ola y fue ahí donde se nos marcharon esos cinco o seis segundos que luego ya se nos hicieron un mundo”.

San Benito, por su parte, recuerda las palabras de su entrenador antes de la regata: “José Luis nos decía: ‘Si andáis entre 19:10 y 19:15, será un buen tiempo de cara al domingo siguiente’. Hicimos 19:13. Cuando no ganas y queda uno por delante de ti, siempre piensas que algo se te ha escapado, que algo puedes mejorar. Pero mirando lo nuestro?”. Eso sí, está convencido de que los diez segundos son salvables: “Lo que tenemos que hacer es salir a romper. Hay que tener en cuenta que está ahí Hondarribia. Si Hondarribia y nosotros le hacemos daño a Urdaibai, son personas y se podrían venir abajo. Hay mucha igualdad. Está complicado, pero lo vamos a intentar”.

Carlos Rodríguez también confía en las virtudes de Kaiku: “No podemos tener miedo a nadie y tenemos que saber que, sobre todo, de popa este año hemos estado yendo mejor que nunca. La Concha son diez minutos volviendo y en cualquier momento puedes coger dos olas seguidas que el otro no las coge y tener así la desventaja recuperada”. Además, el remero cántabro está seguro de que los bermeotarras no repetirán una actuación como la del pasado domingo: “No creo que puedan volver a hacer ese tiempo, es algo especial. Si repiten ese tiempo, es imposible ganar. No estamos al alcance de hacer 18:53”. Si remontan, Carlos conseguiría su segunda Concha, con lo que podría demostrar a sus amigos que “la que gané no fue por casualidad. No está mal tener una Concha, pero se me ha dado mal demasiadas veces. Tengo demasiados segundos y terceros puestos”.

Para Benito sería la tercera, pero sería algo especial poder despedirse de la bahía donostiarra con un triunfo: “El otro día lo hablé con Monje y le dije que me gustaría despedirme a lo grande”. Triunfando, como se retiran los gladiadores veteranos”.