Duración: 48:15 minutos de juego.
Saques: 8 de Olaizola II (tantos 2, 3, 5, 6, 10, 12, 14 y 16) y 1 de Barriola (tantos 8, ).
Faltas de saque: 1 de Barriola.
Pelotazos: 163 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 11 de Olaizola II y 8 de Barriola.
Errores: 5 de Olaizola II y 2 de Barriola.
Marcador: 1-5, 6-6, 7-10, 12-11, 13-11, 15-12, 18-12, 19-16 y 22-16.
Botilleros: Ejercieron de botilleros Asier Olaizola (con su hermano Aimar Olaizola) y Miguel Irigoyen (con Abel Barriola).
Apuestas: De salida se cantaron posturas de 100 a 40 favorables a Barriola.
Incidencias: Eliminatoria de cuartos de final del Manomanista de la LEP.M disputada en el frontón Labrit de Iruñea. Buena entrada.
bilbao. Aimar Olaizola salvó ayer la cabellera en el Labrit de Iruñea en un partido escrito para que hincara la rodilla ante Abel Barriola, magnífico, que solo titubeó en el resto. Pero cediendo un palmo de terreno en esta suerte el leitzarra se vio la distancia entre ambos. Y es que solamente necesita el delantero de Goizueta de apenas una pequeña ayuda para imponerse cuando el viento sopla en contra y la situación personal es mala. Porque el campeón no estaba con chispa y en el peloteo estuvo tremendamente dominado por Barriola, fresco con las dos manos, que le tuvo contra las cuerdas, a punto del K.O. La pelota no le salía de las manos con velocidad al goizuetarra y tal circunstancia se tradujo en dentelladas a la yugular a modo de derechazos atrasados, para endurecer la contienda y maniatar su gancho. De hecho, si no llega a ser por el cheque en blanco que le supuso el saque -ocho cayeron de su lado-, la historia hubiera acabado con un giro de guion propio del mejor thriller. Así, aprovechó Aimar la brecha de un servicio largo y bombeado con tendencia ligera a pared, que o bien combates de aire de forma muy complicada o bien esperas a darle a bote desde el nueve y medio y te expones al saque-remate, para imponer su ley y salvar un match ball que aún resuena a resurrección in extremis.
Porque Abel, concienzudo, afrontó desde el primer instante un partido a cara de perro. Castigó con su derecha a bote, dándole mucho, para que Aimar Olaizola empezara sufriendo la falta de rodaje. Pegó mucho el leitzarra para abrir distancias en la cancha y esperar acontecimientos. Aimar se vio obligado a trabajar de sotamano y a bote, donde se notó que aún no había pasado la ITV de los partidos. Rápidamente, Abel puso tierra de por medio. Su cuerpo, explosionaba, y sus manos eran pura dinamita. Anclado en la pose clasicista del Manomanista, Abel disfrutó con su imagen de zaguero pegador, con un martillo en la diestra y una cizalla en la izquierda. Atronador en el despliegue y en el golpe, su volcán se disipó tan pronto como vino. Falta de saque con 0-5 en el luminoso.
¡Y qué importante es el saque en el mano a mano! Aimar redujo a cenizas la escultura a la pelota cincelada por el zaguero hasta entonces. Fue a base de poner la pelota en juego con intención. Barriola se ahogó atrás y cuando entraba de aire no le salía la pelota. Desmayado en esta suerte, Aimar encontró oxígeno suficiente para volver a recuperar el pulso, que hasta entonces le inducía a un coma profunda. Igualó la contienda en menos de diez pelotazos. La diferencia. Y se despegó. 6-5.
Sin embargo, la baza de Abel era jugar. Aprovechó los momentos de duda para restar a gusto, impedir el saque-remate y exhibir poder en el peloteo. Alcanzó el cartón seis y cambió de material. Con el suyo estaba más a gusto. Tenía más salida del frontis. Y volvió a distanciarse con el dominio ante un adversario que jamás regala. 6-10.
Pero otra vez, una cruzada de Aimar que no levantó Abel otorgó el saque a Aimar. Y vuelta a empezar. No dio tregua y reventó a Abel, que solo podía combatir el monólogo con juego y sin él estaba desamparado. Otros cuatro saques casi consecutivos. 18-12. Réquiem en el luminoso. Pudo levantar cabeza en cuanto encontró pelota el zaguero e, incluso, ponerse 18-16. Pero el esfuerzo ya había sido máximo y nadó para morir en la orilla. Aimar empujó un poco más, sin buenos síntomas, y llegó al 22. Es la diferencia.
Mikel Urrutikoetxea será el rival de Olaizola II en el partido de semifinales previsto para el sábado en Bilbao. El goizuetarra dejó una puerta abierta al aplazamiento.