Duración: 1h 01:19 minutos de juego; 9:50 de juego real.

Saques: 3 de Xala y 3 de Bengoetxea VI.

Pelotazos: 268 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 9 de Xala y 9 de Bengoetxea VI.

Errores: 7 de Xala y 6 de Bengoetxea VI.

Pasa: 2 de Xala y 1 de Bengoetxea VI.

Faltas de saque: 1 de Xala y 1 de Bengoetxea VI.

Marcador: 0-1, 1-1, 1-3, 2-4, 4-4, 5-4, 5-5, 6-5, 6-6, 6-7, 7-7, 8-9, 10-8, 10-10, 11-11, 12-11, 12-12, 12-14, 14-14, 17-14, 17-15, 17-16, 17-17, 17-18, 17-20, 18-20, 18-21, 19-21, 20-21 y 20-22.

Botilleros: Aitor Zubieta aconsejó desde la silla a su compañero Yves Xala; mientras que Asier García acompañó a su primo, Oinatz.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de la liguilla de cuartos de final del Cuatro y Medio de la LEP.M (dentro del Grupo 1) disputado en el frontón Amazabal de Leitza, con una gran entrada. Las apuestas salieron 100 a 60 para Oinatz Bengoetxea.

bilbao. "Muchos nervios", relataba al término del encuentro Oinatz Bengoetxea, después de pegar tres aplausos de rabia, coger color y encontrar un poco de oxígeno en el Cuatro y Medio, en una habitación del pánico en la que estaban inmersos dos bestias heridas: Oinatz, en la moral -Aimar Olaizola le dio un martillazo cuando mejores sensaciones tenía-, e Yves Xala en todo su andamiaje, por la derrota dolorosa sufrida la pasada semana contra un Iker Arretxe agitador. Inmiscuidos en la barrera psicológica de la jaula, con el aliento de la eliminación golpeando con nubes de vaho en sus nucas, el duelo fue una huida hacia adelante, una batalla descarnada, más intensa que brillante, más de vísceras que de cerebro, más de concierto de rock que de filarmónica. No fue una contienda de quilates la planteada por Xala y Bengoetxea VI en el Amazabal de Leitza; tampoco fueron clarividentes, ni prestidigitadores. Pero es imposible serlo cuando el fantasma de la eliminación pulula en cada golpe y en cada arista de un duelo punzante, como una cuchillo sin mango. Así que, con un nudo en el estómago, no tiraron de efervescencia para encontrar hueco, pero sí de ritmo, así lo muestran los 268 pelotazos en casi diez minutos de juego real. Y acabó ganando Bengoetxea por un tris, porque fue el que menos regaló en los momentos de mayor densidad en ambiente. Y es que, una pasa del cuatro y medio de Xala con el 18-20 supuso una gran ayuda para el leitzarra, casi cadavérico por la intensidad y la tensión.

No se separaron en todo el envite los dos manistas. Acogotados por los nervios, cada tanto era una odisea. No obstante, Yves, a pesar de arrastrar la pesada losa de la actuación de la semana pasada, daba la sensación de estar más entonado, más en su línea de crooner, de creador, de arquitecto del firmamento, de bailarín con martillo de seda en su zurda. Arrimó Oinatz para abrir fuego y después sacó la volea el lapurtarra para tratar de abrir huecos. Le costó dar con la tecla al de Lekuine, quien avivó los fuegos fatuos de Arretxe II al golpear un gancho muy pegado a la pared izquierda que se fue lejos en la contracancha. Eran tiempos de acoplarse, de encontrarse. Bengoetxea apenas se despegó dos tantos y volvió a derretirse en el amargo calor de los nervios. Aun así, el de Leitza mostró una imagen más pausada que la del primer cruce de la liguilla contra Aimar.

las diferencias de Xala Se enzarzaron los dos en tantos duros, de mucho ritmo, buscando el fallo del contrincante con Bengoetxea intermitente. Esta circunstancia la aprovechó Xala, que se lanzó en el luminoso hasta el 10-7, sacando su versión más ácrata y superdotada: primero encajonó a Oinatz e hizo una dejada al txoko, después una dentellada a modo de volea rugió en el rincón y dos ganchos abrieron brechas. Pero como Yves es genio y figura no podía alumbrar un ramo de rosas sin pincharse; así que tiró la siguiente pelota. Y una contradejada de Bengoetxea volvió a estrellarle con el suelo cuando empezaba a volar.

No se amedrentó el zurdo de Lekuine, quien estuvo hasta el 17-14 dando mejores sensaciones que Bengoetxea. El delantero de Aspe continuó pegando y pegando y, en ocasiones, deslumbrando, para seguir abriendo brechas. Oinatz parecía tocado y casi hundido, sin la chispa de anteriores citas. Se abrazó el marcador hasta el 14-14 -novena igualada hasta entonces- y después abrió gas el zurdo de Lekuine para colocarse por delante en el tramo más importante.

Sin embargo, en los últimos estertores dentro de la habitación del pánico, entre los saques de Oinatz y los errores de Xala, el delantero lei-tzarra puso el décimo empate con el cartón 17. Al darle vida a Bengoetxea, este se vino arriba y echó el resto en el final de un partido intensísimo y de ritmo frenético. Se alargó hasta el 18-20 Oinatz y una pasa -por unos centímetros- le dejó en la orilla tras el naufragio. A pesar de estar con la soga al cuello, Yves dio la sensación de tener más cartas sobre la mesa y con una parada y un saque metió miedo. El último tanto, el del alivio, fue una parada al txoko del navarro tras mover a la contracancha a su rival, quien si hubiera cruzado un pelín más hubiera metido en problemas al leitzarra.

Con este resultado, Xala está con pie y medio fuera del Cuatro y Medio. Todo depende del duelo del lunes entre Aimar y Arretxe. Si gana Olaizola II, el de Lekuine queda fuera del torneo e Iker se la jugará en la última jornada en una eliminatoria pura con Bengoetxea, que tiene opciones pase lo que pase en Tolosa.