BILBAO. Cuando el 15 de noviembre de 2009 Tiger Woods se metió en el bolsillo el Masters de Australia, todo el mundo lo consideró como un paso más dentro de la colosal carrera de un golfista convertido ya en mito. Verle esbozar su sonrisa de chico bueno mientras levantaba una rodilla y elevaba un puño hacia el cielo constituía una imagen natural, prácticamente cotidiana, no en vano la había repetida ya 94 veces en su carrera, siete de ellas durante el transcurso de aquella temporada. Nadie esperaba que aquel triunfo fuera a tardar 749 días en repetirse. Doce días después de aquella escena, Woods se convirtió en noticia por un accidente de coche en las cercanías de su lujosa mansión en Florida que destapó un escándalo sexual y una serie de infidelidades que acabaron con su matrimonio, su imagen de deportista y ciudadano perfecto y colocaron su carrera al borde del abismo. El domingo, más de dos años después, Tiger dejó atrás su particular travesía por el desierto al adjudicarse en su California natal el Chevron World Challenge, torneo de la PGA, con un golpe de ventaja sobre Zach Johnson.
"Me siento increíble", reconoció, visiblemente emocionado, el golfista estadounidense después de asimilar y saborear su regreso a lo más alto, un regreso desde los infiernos que ya se intuía en las últimas semanas. En el Abierto de Australia acabó en una meritoria tercera plaza y recientemente logró el punto que dio el triunfo a Estadios Unidos en la Presidents Cup. Su imagen, muy dañada por sus escándalos sexuales va también recuperando el brillo de antaño y en los últimos cinco meses ha recuperado tres de los patrocinadores que le dieron la espalda hace dos años. "Ha pasado tiempo, pero por alguna razón no me lo parece porque en los últimos hoyos me sentí muy cómodo. No estaba nervioso para nada. Siempre se está nervioso en esta situación, pero me sentía cómodo y he disfrutado en una situación así", explicó tras su victoria.
Su triunfo en el Chevron World Challenge ofrece indicios de que el golfista californiano, que cumplirá 36 años el 30 de diciembre, todavía podría estar en disposición de recuperar la corona de este deporte, pues su recorrido del domingo retrotrajo a los presentes en el campo a sus más prodigiosas actuaciones, sobre todo en el plano mental. Para vencer tuvo que remontar un hoyo de desventaja a falta de dos para finalizar el evento. En ese momento, Johnson era claro candidato al triunfo, pero no pudo pasar del par en sus dos últimos hoyos, mientras que Woods embocó sendos birdies para arrebatarle la gloria. Woods optó por la cautela al ser cuestionado sobre sus futuros retos, pero relató cómo había sido su regreso al más alto nivel. "Tenía que ponerme en forma, necesitaba ser fuerte y explosivo de nuevo para entrenar. Luego mis entrenamientos empezaron a mejorar y mejorar. Fui a más cada semana. Estoy contento por cómo he arreglado mi swing".